La extrema pobreza viola los derechos humanos, esta es la idea central del manual presentado este jueves en la sala de prensa de la Santa Sede, con el título “Making Human Rights Work for People Living in Extreme Poverty: a Handbook for Implementing the UN Guiding Principles on Extreme Poverty and Human Rights” (Haciendo que los Derechos Humanos funcionen para las personas que viven en la Pobreza Extrema: un Manual para la Aplicación de los Principios Rectores de la ONU sobre la Pobreza Extrema y los Derechos Humanos).
Realizado por ‘Franciscanos Internacional’, con motivo del Jubileo de la Misericordia, el manual está destinado a defender los derechos humanos de las poblaciones que viven en extrema pobreza, y explica en un lenguaje accesible las líneas guías de las Naciones Unidas sobre el tema.
El manual está escrito en inglés y francés, y en breve en español y portugués, y se puede descargar del sitio web de ATD y Franciscan International, donde habrá también una versión en blanco y negro, más fácil de imprimir.
Un documento muy importante el de la ONU porque reconoce que vivir en pobreza extrema es una violación de los derechos humanos, o sea no solamente una tema económico sino un fenómeno que involucra a la persona y le impide vivir de manera digna. La finalidad del manual es ayudar también a que se cumpla el objetivo de eliminar la pobreza en 2030.
La eliminación de la pobreza extrema no es solamente un derecho moral, sino también jurídico, de acuerdo a la legislación vigente de derechos humanos.
Uno de los puntos fundamentales de la declaración ONU, y que está explicada por el manual, es que la pobreza extrema no es una situación inevitable, perpetuada por acciones u omisiones de los estados, y que hay medios para erradicarla. Además la idea de potenciar a las personas para que se vuelvan agentes de cambio. Ellas tienen que participar de las políticas que les afectan.
Se muestran allí la interdependencia de estos derechos que son interdependientes y otra parte sobre las acciones de monitoreo que se pueden realizar. Si bien no hay una línea clara de demarcación entre la pobreza extrema y la pobreza, la extrema crea un círculo vicioso de exclusión y discriminación. O sea que la diferencia es entre una pobreza con futuro y una pobreza sin futuro.
Intervinieron el obispo brasileño de Óbidos, Bernardo Johannes Bahlmann, O.F.M, el secretario general de Caritas Internationalis, Michel Roy; el ministro generale de la Orden Fransicana de los Frailes Menores, el padre A. Perry; el advocacy director de Franciscans International, Francesca Restifo; y el delegado de ATD Fourth World, Jean Tonglet.
El dirigente de Cáritas, Michel Roy, indicó que con este manual se ha querido “dar una señal fuerte” en el Año de la Misericordia. Porque la Misericordia no tiene que ser considerada como una acción débil opuesta a los derechos, porque ambas están relacionadas. Los derechos sin amor se vuelven secos, no contribuyen a construir una humanidad en toda su dimensión”. Precisó que “amor y misericordia se inspiran en la justicia, incitando, motivando la justicia”.
La señora Francesca Restifo, de Franciscans International, indicó que el objetivo del manual es el de “ayudar a los operadores locales para que comprendan mejor las consecuencias en términos de derechos humanos para las personas que viven en condición de extrema pobreza y proponer una serie de acciones concretas para reivindicar los propios derechos volviéndose agentes del propio cambio”.
Jean Tonglet, de la Ong ATD, recordó que esta iniciativa viene desde lejos, y gracias a la resolución de las Naciones Unidas en 1986, sobre pobreza y derechos humanos, cuya propuesta no pudo ser presentada por el fundador de ATD Joseph Wresinski y que fue retomada ante la ONU por el embajador argentino Leandro Despouy, y que Francia y Chile insistieron para que saliera en el año 1996. Recordó también que el cardenal Bergoglio ya había levantado el tema.
El ministro general de los Franciscanos por su parte, tras recordar la dignidad que merece la persona humana, recordó lo indicado por el documento ONU: “Todas las politicas relacionadas con la pobreza tienen que tener en vista conferir capacidades a las personas que bien en tales condiciones, se deben basar en el reconocimiento del derecho de estas personas y para que puedan tomar sus decisiones y respetar la posibilidad de realizar el propio sentido de la dignidad, y su derecho a participar en las decisiones que afectan a toda su vida”.
Los valores de estos principios guía, bien explicados en este manual, “están claramente expuestos –dijo– en los objetivos de desarrollo social que la familia franciscana afirma enérgicamente y activamente a nivel local, nacional e internacional”.
El obispo Bernardo Bahlmann profundizó sobre el tema de la deforestación del Amazonas, donde está su diócesis a orillas del río del mismo nombre, problemática que afecta no solamente a las poblaciones locales sino a toda la humanidad. Y sobre la necesidad de hacer un ‘movimiento verde’ para reforestar la región.