«El Santo Padre desea vivamente que cuantos lleguen a Roma con ocasión del Año Santo, o vivan la experiencia de la peregrinación hacia las muchas metas propuestas por las Iglesias locales, puedan sentir, como los discípulos de Emaús, al Señor junto a ellos como compañero de viaje».
Así lo indica en el mensaje a la XX Sesión Pública de las Academias Pontificias sobre el tema “Ad limina Petri. Huellas monumentales de la peregrinación en los primeros siglos del cristianismo”. El encuentro ha sido introducido por el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y del Consejo de Coordinación entre las Academias Pontificias. Antes de entregar el premio de las Academias Pontificias y la Medalla del Pontificado a los vencedores de este año, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. ha leído el mensaje enviado por el santo padre Francisco.
Los ganadores del Premio de las Pontificias Academias son la Asociación Portuguesa Campo Arqueológico di Mértola, a través del profesor Virgilio Lopes; y Matteo Braconi por su tesis doctoral. La vencedora de la Medalla del Pontificado ha sido Almudena Alba López, por la publicación Teología politica y polémica antiarriana, de la Universidad de Salamanca.
En su misiva el Papa destaca entre las iniciativas dirigidas a valorar el camino común de las Academias Pontificias, la del Premio destinado anualmente a jóvenes estudiosos, artistas o instituciones que han contribuido de forma relevante, a través de sus estudios y sus obras, en las varias disciplinas en las que trabajan las Academias, para promover el humanismo cristiano y el desarrollo de las ciencias religiosas.
A propósito de las Sesiones Públicas Anuales, el Santo Padre desea que “constituyan siempre momentos de enriquecimiento cultural e interior, de incitación a un compromiso personal y comunitario cada vez más fecundo y capaz de suscitar en la Iglesia el deseo de un renovado humanismo, a la altura de los desafíos de nuestro tiempo”.
A continuación hace referencia al tema del encuentro, “que nos prepara al inicio del Año Santo”, que llama oportunamente la atención sobre la peregrinación como elemento constitutivo del Jubileo.
Vuestra reflexión –asegura el Santo Padre– contribuirá a profundizar el significado de la peregrinación cristiana, así como se desprende de los testimonios más antiguos, de las huellas dejadas por los peregrinos de la antiguedad cristiana en los santuarios romanos.
Por otro lado, indica que la peregrinación es también “una experiencia de misericordia, de compartir y de solidaridad con quien hace el mismo camino, como también de acogida y generosidad por parte de quien hospeda y asiste a los peregrinos”. De este modo, afirma que volver la mirada a la antiguedad cristiana y a las huellas dejadas por los peregrinos nos recuerda el compromiso de la acogida y del compartir, que en la experiencia de la peregrinación se hace consciente itinerario de conversión y alegre práctica cotidiana.
(RLG)