El papa Francisco después de estar hoy con varias autoridades de las Naciones Unidas, tras su llegada a la sede ONU, se dirigió al piso 11 del Palacio de Vidrio, para saludar a los funcionarios que allí trabajan.
El secretario general, Ban Ki-Moon le dijo «bienvenido santo padre Francisco», y le agradeció por su guía espiritual de la humanidad. Le pidió también que bendiga a los funcionarios que trabajan día y noche por el bien de todos.
«En ocasión de mi visita a las Naciones Unidas tengo el agrado de saludarles, hombre y mujeres que son el esqueleto de esta organización», dijo el Pontífice y les agradeció «por todo lo que han hecho para preparar mi visita».E hizo extensivos sus saludos «a los miembros de las propias familias y a quienes no pudieron venir». Les recordó a los funcionarios, que interactuaban con aplausos y exclamaciones, que sus esfuerzos vuelven posible muchas iniciativas culturales, económicas y políticas en favor de los pueblos que componen a la familia humana.
Por ello les agradeció a todos, desde quienes trabajan en el terreno hasta la dirección, pasando por los traductores, cocineros, miembros de la seguridad y todos.
Así, el Santo Padre recordó que el «modo en el que trabajamos expresa nuestra dignidad y el tipo de personas que somos». Y como personas que llegaron desde todas las naciones, los funcionarios ONU «son como un microcosmo del mundo al que tienen que servir».
El Papa latinoamericano les exhortó por ello a estar «cercanos los unos de los otros para que quienes trabajan aquí encarnen el ideal de esta organización como una familia humana que vive unida y en armonía». Una familia «que actúa no solamente por la justicia pero en un espíritu de justicia».
«Les bendigo a cada uno de ustedes de todo corazón y rezaré por ustedes y les pido que se acuerden de rezar por mí», les dijo. Añadió que «si alguien no es creyente, le pido que me desee buenas cosas. Que Dios les bendiga a todos».
En encuentro concluyó con una oración en silencio del Santo Padre, junto a una corona de flores amarillas que recordaba a los miembros de las Naciones Unidas caídos en servicio.