Los obispos de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico han sido recibidos este lunes por el papa Francisco al final de su visita »ad limina». Durante el encuentro el Santo Padre les entregó su discurso reproducido por el Vatican Information Service, en el cual recuerda que en ese archipiélago del Caribe se fundó una de las tres primeras diócesis que se establecieron en el continente americano y les ha invitado »a continuar escribiendo esa obra de Dios en sus Iglesias locales, animados por un espíritu de comunión eclesial, procurando que la fe crezca y la luz de la verdad brille también en nuestros días».
»No gasten energías en divisiones y enfrentamientos, sino en construir y colaborar» dijo. Y añadió «que, cuanto más intensa es la comunión, tanto más se favorece la misión». Por ello les invitó a «tomar distancia de toda ideologización o tendencia política que les puede hacer perder tiempo y el verdadero ardor por el Reino de Dios. La Iglesia, por razón de su misión, no está ligada a sistema político alguno, para poder ser siempre signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana».
»El Obispo –prosiguió Francisco– es modelo para sus sacerdotes y los anima a buscar siempre la renovación espiritual y a redescubrir la alegría de apacentar su grey dentro de la gran familia de la Iglesia. Ante el próximo Jubileo de la Misericordia, recuerden primero ustedes y luego los sacerdotes el servicio de ser fieles servidores del perdón de Dios, sobre todo en el sacramento de la Reconciliación, que permite experimentar en carne propia el amor de Dios y ofrecer a cada penitente la fuente de la verdadera paz interior».
Refiriéndose a la tarea de los laicos, el Papa recuerda a los obispos que »facilitar a los fieles la vida sacramental y ofrecerles una adecuada formación permanente hace posible que también éstos puedan cumplir su propia misión » y manifiesta el deseo de que animados por el ejemplo de insignes laicos »como el beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, modelo de entrega y servicio apostólico, o el venerable maestro Rafael Cordero y Molina, sigan avanzando por el camino de una gozosa adhesión al Evangelio, profundizando en la Doctrina Social de la Iglesia y participando lúcida y serenamente en los debates públicos que atañen a la sociedad en la que viven.
Entre las iniciativas que es necesario consolidar cada vez más está la pastoral familiar, indicó el Pontífice, »ante los graves problemas sociales que la aquejan: la difícil situación económica, la emigración, la violencia doméstica, la desocupación, el narcotráfico, la corrupción. Son realidades que generan preocupación. Permítanme llamar su atención sobre el valor y la belleza del matrimonio…. Las diferencias entre hombre y mujer no son para la contraposición o subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a »imagen y semejanza» de Dios. Sin la mutua entrega, ninguno de los dos puede siquiera comprenderse en profundidad El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su Esposa, la Iglesia. Cuiden este tesoro, uno de los »más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños».