Una delegación de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) visitó este viernes 27 de marzo, el centro de detención para familias inmigrantes en Dilley, Texas, “para conocer más acerca de su situación”.
La visita forma parte del compromiso que la USCCB está haciendo en el Congreso sobre el tema de la inmigración, “que se intensificó el año pasado debido al crecimiento exponencial de la detención de los menores no acompañados procedentes de América Central”. Esta visita –ha dicho Norma Montenegro Flyn, portavoz de la USCCB en una nota enviada a Fides– nos ayudará a hacer propuestas al Congreso, gracias también a que varios obispos ya han dado sus testimonios en el pasado.
Según la información de la Conferencia Episcopal, cerca de 68 mil familias en Centroamérica han huido de la violencia y la pobreza en sus países. Muchos de ellos han sido detenidos “para frenar y desalentar la migración”, pero “estas familias pueden llegar a ser libres con un programa de detención alternativa, que deberá comprobar caso por caso, en una opción más humana”, subraya el comunicado de prensa.
La delegación estuvo encabezada por el arzobispo Gustavo García-Siller, M.Sp.S., ordinario de San Antonio (Texas), y por los obispos Eusebio Elizondo, de la diócesis de Seattle.; James A. Tamayo, de la Diócesis de Laredo, y dos obispos de la Iglesia Luterana: H. Julian Gordy y Michael Rinehart.
(RLG) (HSM)