(zenit – 3 sept. 2020).– El presupuesto de la Santa Sede debe dedicarse a la misión de la Iglesia, explica el padre Juan Antonio Guerrero Alves, prefecto de la Secretaría para la Economía, en una entrevista con Vatican News resumida por Olivier Bonnel.
El jesuita español aboga por la transparencia: “Los fieles tienen derecho a saber cómo se utilizan los recursos”.
Comentando el balance consolidado de la Curia Romana para el año 2019, explicó las cifras: en 2019, el 54% de los recursos de la Curia procedían del patrimonio, que ascendía a 164 millones de euros. La actividad comercial (visitas a las catacumbas, producciones vendidas por el Dicasterio para la Comunicación, la Editorial Vaticana, etc.) y los servicios (como las tasas de matrícula de las Universidades Pontificias) representan el 14% del presupuesto, es decir, 44 millones de euros.
Las donaciones de las diócesis y los fieles de todo el mundo ascienden a 56 millones de euros, es decir, el 18% del presupuesto total. En cuanto a los gastos, se distribuyeron 18 millones de euros en impuestos y 25 millones de euros en el mantenimiento de los edificios. En 2019, el déficit de la Santa Sede ascendía a 11 millones de euros, una disminución significativa con respecto a los 75 millones de euros de 2018.
“Me parece que la Santa Sede está haciendo mucho con poco, gracias a muchas personas que trabajan con enorme generosidad”, señala el padre Guerrero, que se congratula de la centralización de las inversiones de la Santa Sede, dirigida por el cardenal Marx, nombrado en 2014 coordinador del Consejo de Economía, y del aumento de la colaboración entre los organismos financieros del pequeño Estado.
Al ser preguntado sobre los recientes escándalos financieros relacionados con la mala gestión de los fondos del Vaticano, el prefecto cree que es posible “que en algunos casos la Santa Sede no sólo ha sido mal guiada sino también engañada”. “Creo que estamos aprendiendo de los errores o imprudencias del pasado”, dijo, deseando “competencia, transparencia y confianza”.