(zenit – 5 oct. 2020).- El Papa Francisco nombró a los cinco primeros miembros de la Comisión de Asuntos Reservados del Vaticano el 29 de septiembre de 2020: el cardenal Kevin Farrell (prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida) es el presidente; y Mons. Filippo Iannone (presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos) es el secretario.
La Comisión, prevista en la nueva ley promulgada el 1 de junio pasado para ahorrar dinero y luchar contra la corrupción, se ocupará de los “asuntos reservados”: supervisará los contratos contraídos directamente por la Secretaría de Estado y la Gobernación, especialmente los de dimensión internacional, que incluyan una cláusula de confidencialidad, que afecten al cargo y la seguridad del Papa, la Santa Sede y la Iglesia universal, o que garanticen la soberanía e independencia de la Santa Sede (Cf. artículo 4 del Código de Licitaciones y Contratos Públicos).
Otras tres personas han sido nombradas miembros de la Comisión, según un comunicado de prensa de la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicado este 5 de octubre de 2020: Mons. Fernando Vérgez Alzaga (secretario general de la Gobernación), Mons. Nunzio Galantino (presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) y el P. Juan Antonio Guerrero (prefecto de la Secretaría de Economía).
En el Motu Proprio que promulgaba esta ley, el Papa enfatizó el “principio general” de la administración de los bienes públicos del Vaticano: “la diligencia del buen padre de familia”. Se trata de ahorrar, pero también de ser “fiel y honesto” en la administración del pequeño Estado.
Y pidió la utilización sostenible de los fondos internos, la transparencia, “la igualdad de trato y la no discriminación de los oferentes”, mediante medidas para combatir el conflicto de intereses, los acuerdos de competencia ilegal y la corrupción.
El Vaticano pretende así una gestión “económica, eficaz y eficiente”, una “racionalización del gasto” y procedimientos “transparentes, objetivos e imparciales” para evitar “cualquier distorsión de la competencia”.