En la Jornada de los movimientos, de las asociaciones y de las agregaciones laicales, evento promovido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización en el Año de la Fe y que se celebra este fin de semana en Roma, la Renovación Carismática Católica ha confirmado la participación de más de 10.000 miembros.
Los peregrinos procedentes de todas las regiones de Italia se encontrarán en Roma para seguir los diferentes actos: el peregrinaje a la tumba del apóstol Pedro, la vigilia de oración, música y testimonios con la presencia del papa Francisco al final de la celebración y la eucaristía del domingo de Pentecostés presidida por el papa.
Además, los miembros de la RCC, después del encuentro del sábado por la tarde con el santo padre, se reunirán para la usual vigilia de Pentecostés en la Iglesia de san Gregorio VII a pocos pasos de la plaza de San Pedro. Aquí se celebrará una adoración eucarística al estilo de la «Zarza Ardiente«. Participarán el presidente nacional Salvatore Martínez, el coordinador nacional Mario Landi, la directora nacional Marcella Reni, el consejero espiritual nacional don Guido María Pietrogrande y algunos miembros del Comité Nacional de Servicio y del Consejo Nacional.
La RCC ha formado parte de la preparación y la organización del evento promovido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, dicasterio del que Salvatore Martínez es consultor. El movimiento se ha encargado de la preparación de la parte de contenido y artística de la vigilia: cantos, testimonios, guión, participación en el coro.
Salvatore Martínez ha afirmado que este encuentro «es un cenáculo a cielo abierto, que señala la actualidad de la presencia creativa y de las acciones carismáticas del Espíritu Santo en la vida de tantos laicos. Un nuevo Pentecostés, para recordar que debemos dar un rostro amoroso a la fe y hacer de Cristo un encuentro y una experiencia. Los movimientos, una vez más, testifican que ¡el Espíritu Santo no está en recesión! Es más, podemos constatar como está suscitando una nueva generación de cristianos que con pasión y responsabilidad desean asumir el riesgo de la fe y el destino de las iglesias. Después de Juan Pablo II y Benedicto XVI, hoy del papa Francisco viene el estímulo a hacer aún más manifiesta la belleza y la bondad del Evangelio de Cristo, la singularidad del amor que desciende de Jesús y que es el único que puede redimir de la soledad y de la muerte a cada hombre. Y, sobre la raíz del último sínodo sobre Nueva Evangelización, está viva la consciencia de que los movimientos, como la Renovación, son una vanguardia de la esperanza creativa para la Iglesia en el mundo, no porque proponen cosas nuevas, sino porque dan novedad, luz y entusiasmo a las cosas de siempre».