El papa Francisco ha enviado una carta al arzobispo Francesco Montenegro de Agrigento en el aniversario de la visita que realizó, en julio de 2013, a la isla siciliana de Lampedusa para rezar por los inmigrantes que perdieron la vida en el naufragio del barco en el que viajaban.
Lo informó el Vatican Information Service, precisando que »a distancia de un año, el problema de la inmigración se está agravando y han sucedido muchas otras tragedias».
El Santo Padre prosigue su misiva: «A nuestro corazón le cuesta aceptar la muerte de estos nuestros hermanos y hermanas que afrontan viajes agotadores para escapar de dramas, pobreza, guerras y conflictos, a menudo unidos a políticas internacionales».
«Una vez más voy espiritualmente al Mar Mediterráneo para llorar con todos aquellos que están sumidos en el dolor y para lanzar flores de oración de sufragio por las mujeres, los hombres y los niños que son víctimas de un drama que parece no tener fin».
En la carta, Francisco destaca que esa situación »se debe afrontar no con la lógica de la indiferencia, sino con la lógica de la hospitalidad y del compartir, con el fin de tutelar y promover la dignidad y la centralidad de todo ser humano».
Asimismo el Pontífice anima a las comunidades cristianas y a todas las personas de buena voluntad a continuar tendiendo la mano a todos los necesitados, sin temor, con ternura y comprensión» y a las Instituciones competentes, especialmente a nivel europeo, les alienta a ser »más valientes y generosas en el socorro de los prófugos».