(ZENIT Noticias / Roma, 16.09.2023).- Por primera vez, tres de los cuadros del pintor conocido como El Greco salen de España y se exponen en Roma, como acto previo hacia el Año Santo.
La exposición se ha instalado durante el mes de septiembre en la iglesia de Santa Inés en Agone. Las obras del pintor, griego pero afincado en España durante el reinado de Felipe II, en el siglo XVI, se exponen por primera vez en Italia. Monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, declaró durante la inauguración: “Este Jubileo quiere llevar la belleza y un mensaje de esperanza a los lugares donde ésta es sólo un deseo. Algunas exposiciones irán a las cárceles, a los hospitales, a lugares donde necesitamos llevar, a través de la esperanza, una expresión de consuelo fuerte y la capacidad de mirar al futuro con valentía”.
Los cuadros del pintor se exponen en la basílica de Santa Inés, edifico levantado en el lugar donde esa santa fue martirizada: el circo de Domiciano, la actual plaza Navona. La iglesia fue diseñada por Francesco Borromini con la fachada ondulada. Santa Inés nació el año 291 en Roma y murió decapitada por la espada durante la persecución de Diocleciano en el 304.
Dos de las obras de Domínikos Theotokópoulos, apodado El Greco durante su estancia en Roma y España, proceden de Toledo: una es la Sagrada Familia con Santa Ana y la otra es el Bautismo de Cristo, que viene del Hospital de Tavera; la tercera, Cristo abrazado a la Cruz, se encuentra en la parroquia de un pueblito manchego, El Bonillo. Además de monseñor Fisichella, han preparado la exposición el rector de la basílica, monseñor Paolo Schiavon, la embajadora de España ante la Santa Sede, María del Carmen de la Peña Corcuera, y el curador de la exposición, don Alessio Geretti.
La frase programática del programa, «Jubileo es cultura», muestra que «el Jubileo es una experiencia de fe, pero también de cultura: en cierto sentido, el peregrino, al acudir a Roma, se convierte también en turista, se vuelve curioso y buscador de la belleza». Desde esta perspectiva, se busca que la belleza se experimente durante el Año Santo con exposiciones también en lugares insólitos que poseen gran significado: cárceles y hospitales, llevando la esperanza a las personas necesitadas”.
Monseñor Rino Fisichella comentó: “El Jubileo es ciertamente y, ante todo, una experiencia religiosa, Pero, como nos ha dicho el Papa Francisco, el Jubileo, además de tener un valor espiritual, tiene también un valor social y, por lo tanto, (la exposición) es una experiencia de preparación al Jubileo. No olvidemos, por cierto, que las obras expuestas son de un gran artista, considerado también un comunicador de la mística del siglo XVI, por lo que estamos aquí en una experiencia cultural y también en una profunda experiencia de fe”.
Don Alessio Geretti valora la riqueza de la exposición de El Greco: “Cuando miramos sus obras de finales del siglo XVI o principios del XVII, como estas tres que tenemos aquí, podemos sentir que estamos ante algo de Cézanne por los fondos o de Kirchner por las figuras alargadas, o de Kandinsky por la concepción del color, como un acontecimiento que genera en nosotros resonancias espirituales”. Y concluye: “Pintaba, ponía la materia, la luz, el color y la forma al servicio del espíritu. Conscientemente, porque declaraba que para él el arte es un momento de revelación y no un entretenimiento para los sentidos. Si vamos a empezar a abrir puertas, que es el gesto clásico del Jubileo anticipado, pongamos las obras de arte en lugar de las puertas de las iglesias, como para recordar que las obras de arte son puertas abiertas de par en par entre lo visible y lo invisible, entre lo material y lo espiritual”.