(ZENIT Noticias / Roma, 10.06.2024).- No, no es un modo de decir. El viernes 14 de junio el Vaticano será la “capital de la risa”. La razón es que el Papa convocó a más de 100 personas que se dedican al ámbito del humorismo y la comedia para establecer un vínculo entre la Iglesia católica y estos humoristas procedentes de países como Estados Unidos, México, España, Colombia, Argentina, Brasil, Polonia, Reino Unido, Suiza, Francia, Alemania, Irlanda, Timor Este e Italia (de donde es el grupo más numeroso con 67 invitados).
Entre los invitados se encuentran nombres de la talla de Stephen Colbert, Jimmy Fallon, Jim Gaffigan, Whoopi Goldberg, James Martin, Tig Notaro, Chris Rock, Conan O’ Brien o, del ámbito en lengua española, Florinda Meza (doña Florinda en la serie del Chavo del 8) o Chumel Torres.
Lo que no dio tanta risa fue la petición que hizo el Papa a los países ricos para que condonen la deuda de los países pobres en el contexto del Jubileo que celebrará la Iglesia católica en 2025. El llamamiento lo hizo el Papa Francisco, citando a san Juan Pablo II, en el contexto del Encuentro «Debt Crisis in the Global South», auspiciado por las Academias Pontificias de las Ciencias. En realidad, este llamado ya lo había hecho el Papa en la bula con la que convocaba el Jubileo.
A quienes sí hemos visto sonreír en el Vaticano fue a los futbolistas de la selección croata pues el Papa les recibió en audiencia. Vimos a un Luka Modrić muy sonriente y, por cuanto se sabe, muy edificado pues es católico practicante. Practicantes también son (¡faltaba menos!) el grupo de sacerdotes españoles que en ocasión de sus XXV años de ordenación fueron acogidos en Casa Santa Marta, la residencia del Pontífice, por el Papa mismo. ZENIT hizo notar algo que sólo algunos medios reportaron después: Francisco dio como consejo a los sacerdotes no sólo confesar sino también confesarse. Consejo que vale no sólo para esos sacerdotes en particular.
Precisamente sobre el campo de la vida sacerdotal habló el Papa a los miembros del Dicasterio para el Clero en el contexto de su Asamblea Plenaria. Retomando los temas que se estaban tratando, el Papa abordó el tema de la formación permanente del clero, el cuidado de las vocaciones y el diaconado permanente. Algo que no ha pasado desapercibido es el infrecuente reconocimiento que de forma pública sí hizo en esta ocasión el Papa a tanto buen sacerdote:
“(…) quisiera ante todo transmitir mi gratitud, mi afecto y mi cercanía a los sacerdotes y diáconos de todo el mundo. Muchas veces he advertido contra los peligros del clericalismo y de la mundanidad espiritual, pero soy muy consciente de que la inmensa mayoría de los sacerdotes trabajan con tanta generosidad y espíritu de fe por el bien del santo Pueblo de Dios, llevando el peso de tantas fatigas y afrontando retos pastorales y espirituales que a veces no son fáciles”.
[En efecto, entre el 5 y el 7 de junio el Dicasterio para el Clero profundizó los temas que el Papa sólo tocó brevemente. En ZENIT hemos publicado un resumen de lo tratado].A mitad de semana, concretamente el miércoles 5 de junio, el Papa hizo oficial lo que ya se conocía de forma oficiosa: que publicará un documento sobre el Sagrado Corazón de Jesús. Pero dio más detalles: el primero de ellos es que saldrá en septiembre de 2024 y el segundo de qué tratará: “me complace preparar un documento que recoja las valiosas reflexiones de los textos magisteriales anteriores y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para volver a proponer hoy, a toda la Iglesia, este culto lleno de belleza espiritual”. Papa Francisco cree “que nos hará muy bien meditar sobre diversos aspectos del amor del Señor que pueden iluminar el camino de la renovación eclesial; y que también digan algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón. Les pido que me acompañen con la oración durante este tiempo de preparación; la intención es hacer público este documento el próximo mes de septiembre”.
Un día después de este anuncio, el Papa se traslado a la periferia de la ciudad de la que es obispo para tener un encuentro en un condominio vecinal. Es la tercera vez que el Papa hace esto y están previstos más en el contexto de una iniciativa de preparación al Jubileo que se llama “Escuelas de Oración”. Permítanme una confesión: muchos periodistas que cubrimos el Vaticano fuimos avisados con antelación de que el Papa se trasladaría a un lugar de la ciudad (se nos dijo hora, día, dirección, etc.). Unos se fueron al lugar, pero el día y la hora anticipados el Papa no llegó… No llegó a ese lugar pero sí al que reportamos. Quien quiso ganar la exclusiva se quedó sin ella. Así pasa.
Terminamos con tres actividades del Papa (pero ¡qué agenda la del Papa esta semana!): una con diplomáticos, otra con coros y una por la paz.
El sábado 8 de junio el Papa se encontró con los nuevos embajadores de Etiopía, Zambia, Tanzania, Burundi, Qatar y Mauritania en el Vaticano. Es una regla de protocolo diplomático que quien es nombrado embajador de un país ante otro (en este caso ante la Santa Sede) están obligados a presentarse ante el Jefe de Estado (que en este caso es el Papa) para mostrar las “cartas credenciales” con las que el gobierno del país de origen le acreditan como embajador oficial ante ese otro país. A veces el Papa recibe a esos embajadores en solitario (una semana antes recibió, por ejemplo, las cartas credenciales del embajador de Argentina), y otras es en grupo, como ha sucedido en esta ocasión. El Papa aprovechó para darles tres consejos, consejos que tal vez también ocupará monseñor Georg Gänswein, ex secretario privado de Benedicto XVI, toda vez que los ecos de las paredes del Vaticano hacen resonar su nombre para ocuparse de la embajada del Vaticano en el principado de Liechtenstein…
Y sobre los coros: si con humoristas el Vaticano será capital de la risa, con coros de numerosos países del mundo el Vaticano fue primero capital de la música. Y es que hubo un encuentro internacional para coros en el contexto del aniversario número cuarenta del coro de la diócesis de Roma. El Papa les recibió en audiencia y les habló de armonía, comunión y alegría. Impresiona cómo el Papa conoce lo que sucede también en grupos eclesiales como los coros. De ahí que les haya dicho de forma puntual:
“No dejen que la mentalidad del mundo lo contamine con su propio interés, la ambición, los celos, las divisiones, todas estas cosas que, como ustedes bien saben, pueden introducirse en la vida de un coro, de una comunidad, convirtiéndolos en ambientes que ya no son alegres, sino tristes y aburridos, hasta disgregarlos”.
Y ahora sí terminamos y lo hacemos en los jardines del Papa. Ahí hubo un picnic por la paz el sábado 8 de junio por la tarde. Sí, decimos picnic porque el Papa dio de comer a quienes le escuchaban palabras de paz.
En el contexto del 10 aniversario en que los que entonces eran presidentes de Israel y Palestina plantaron un olivo en esos mismos jardines, el Papa reunió a embajadores de varios países y al menos una veintena de cardenales. Entre los presentes estaban cuatro embajadores de países con los que la Santa Sede tiene relaciones diplomáticas, pero están en guerra entre ellos: Rusia y Ucrania y Palestina e Israel.
Impresionó ver a esos cinco hombres reunidos y, seguramente, con un anhelo para sus propios pueblos: la paz, una paz que “no se consigue solamente con acuerdos de papel o en las mesas de compromisos humanos y políticos. Nace de corazones transformados, surge cuando cada uno de nosotros es alcanzado y tocado por el amor de Dios, que disuelve nuestros egoísmos, rompe nuestros prejuicios y nos da el gusto y la alegría de la amistad, de la fraternidad y de la solidaridad recíproca” (palabras del Papa Francisco).
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