El Caribe ha sido “la primera zona de las Américas en escuchar la Buena Nueva de Cristo, hace más de 400 años, y es la primera vez que el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos está de visita en la región” así ha comenzado su discurso el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación, ante la Conferencia Episcopal de las Antillas, que se reunió esta mañana en el seminario dedicado de San Juan M. Vianney y los mártires de Uganda en Puerto de España (Trinidad y Tobago). La región cuenta con una gran diversidad de naciones, lenguas, culturas y situaciones socio-económicas que tienen sus raíces en la historia y que constituyen a su vez obstáculos para el trabajo pastoral de la Iglesia.
El Cardenal ha mencionado tres grandes desafíos, “la escasez de sacerdotes y religiosos, la disminución en el número de católicos activos en la vida de la Iglesia, una disminución constante de fondos para apoyar a las diócesis”. Aunque en algunas diócesis la propuesta del diaconado permanente ha tenido cierto éxito, en el ámbito del campo vocacional se han adoptado otras muchas iniciativas, seguimos a la espera de los frutos, el Cardenal ha exhortado a no desalentarse y subrayado que “la Iglesia no puede vivir y crecer sin sacerdotes”. Por lo tanto ha invitado a los obispos a cuidar de forma especial la formación permanente de los sacerdotes, para que los jóvenes puedan encontrar “sacerdotes alegres, entusiastas y fieles, porque solo estos atraen a los jóvenes al servicio de Cristo”.
También la disminución de los católicos tiene varias causas: en algunas zonas la emigración en busca de un futuro mejor; en otras la ausencia de sacerdotes o su falta de formación que lleva a muchos creyentes a abandonar su práctica religiosa, en parte atraídos por la agresividad de grupos religiosos pentecostales. Incluso las grandes instituciones educativas católicas se ven afectadas por este descenso, sea determinado por la salida de los sacerdotes y religiosos que trabajan en el campo educativo, aunque sustituidos al menos en parte por laicos comprometidos, “muchos de los cuales dan un testimonio claro y valiente de su fe”.
Aunque las Antillas cuentan una serie de movimientos religiosos y nuevas comunidades que trabajan en diversas áreas, el cardenal ha exhortado a los obispos en sus diócesis a invitar a algunos de los nuevos movimientos y realidades eclesiales para asegurar el apoyo necesario para ayudar a los laicos en la práctica de su fe.
Para responder a las dificultades financieras, a pesar de la generosidad de los fieles que apoyan a la Iglesia, exige una mayor atención en la administración de los recursos económicos, la reducción de costos y de vivir más sencillamente, siguiendo el ejemplo del papa Francisco, ha instado el prefecto de la Congregación Misionera, además de encontrar nuevas fuentes de apoyo financiero, es necesario, ante todo, “ser absolutamente transparentes en la gestión financiera de nuestras diócesis”.
Luego el cardenal Filoni se ha centrado en el ministerio episcopal, invitando a los obispos a afrontar con valentía los desafíos que se presentan sin desanimarse, a no descuidar el rebaño a ellos confiado, ni los sacerdotes ni a los laicos, a visitar regularmente las parroquias, para establecer relaciones “paternas positivas y fraternales con sus sacerdotes, siendo firmes cuando sea necesario, pero siempre con preocupación continua por el bien espiritual, cultural y pastoral”. Al concluir su intervención, el Cardenal Filoni ha dado las gracias por la preocupación pastoral de los obispos, por su generosa y firme comunión con el santo padre, y por todo el bien que hacen a nivel universal con su apoyo a las misiones de todo el mundo”.
(RED/HSM)