El santo padre sigue en su empeño por pedir la paz en Oriente Medio y también en las palabras del Ángelus de esta mañana ha vuelto a tener presente esta región pidiendo que se siga rezando «para que cese la violencia y la devastación en Siria y se trabaje con renovado compromiso por una solución justa al conflicto fraticida». También ha pedido por Líbano «para que encuentren la deseada estabilidad y continúe siendo modelo de convivencia», por Iraq «para que la violencia sectaria deje paso a la reconciliación». Sobre el proceso de paz entre israelíes y palestinos, «para que progrese con decisión y valentía». Y finalmente por Egipto, «para todos los egipcios, musulmanes y cristianos, se comprometan a construir juntos la sociedad por el bien de toda la población».
Por otro lado, ha hablado del evangelio del día de hoy, explicando que en él «Jesús insiste en las condiciones para ser sus discípulos: no anteponer nada al amor por Él, llevar la propia cruz y seguirlo». Y por eso ha recordado que «seguir a Jesús no significa participar en una procesión triunfal! Significa compartir su amor misericordioso, entrar en su gran obra de misericordia para cada hombre y para todos los hombres». Además ha subrayado que Jesús nos quiere implicar en la misión que el Padre le ha encomendado.
El santo padre ha hablado de dos parábolas en las que Jesús explicó esto: » la de la torre a construir y la del rey que va a la guerra». Aprovenchando la parábola de la guerra, Francisco ha explicado que esta Palabra del Señor nos dice «¡hay una guerra más profunda que debemos combatir, todos! Es la decisión fuerte y valiente de renunciar al mal y a sus seducciones y de elegir el bien, preparados a pagar en persona: he aquí el seguir a Cristo, ¡he aquí el tomar la propia cruz!»
La guerra contra el mal, ha continuado el santo padre, «implica decir no al odio fraticida y a las mentiras de las que se sirve, a la violencia en todas sus formas, decir no a la proliferación de las armas y a su comercio ilegal». Y sobre el comercio ilegal de armas ha invitado a preguntarse si muchas guerras no son en realidad guerras comerciales.
Hoy, Natividad de la Virgen María, ha dedicado un saludo especial a las Iglesias Orientales, que celebran la fiesta particularmente querida por ellos.