SAN JOSÉ DE COSTA RICA, domingo 12 febrero 2012 (ZENIT.org).- Al término de su 103 Asamblea Ordinaria, celebrada en San José, del 6 al 9 de febrero, los obispos de Costa Rica han dirigido un mensaje en el que comparten algunas reflexiones sobre la situación del país y la actividad eclesial.
En primer lugar los obispos afirman que Costa Rica vive tiempos de cambio. Aunque advierten “la preocupación y la desconfianza de algunos sectores que ven con pesimismo el futuro”, señalan que “la historia nos enseña que, en similares ocasiones, tanto el Estado costarricense, como la sociedad, las instituciones, y el mismo mercado, construyeron formas de convivencia en democracia que permitieron al país caminar hacia un futuro mejor”.
Los obispos insisten en la “urgencia de acordar una agenda básica de consensos como legítima y necesaria vía para seguir consolidando nuestra democracia”. “Únicamente así –añaden–, los costarricenses podremos superar la enorme fragmentación política, social y económica que, tristemente, está debilitando a nuestra sociedad”.
Es urgente, según los obispos, “renovar nuestro compromiso ético con el bien común y así superar la injusticia, el individualismo y la indiferencia que quebrantan nuestra convivencia social”.
Piden también que en Costa Rica haya “leyes que, además de proteger la vida, el primero de los derechos humanos, inalienable e irrenunciable y su ‘santuario’ que es la familia; respeten la letra y el espíritu de la Constitución Política”.
Si embargo, en contraste con lo anterior, señalan que se están privilegiando una serie de proyectos de ley “que no responden a las necesidades reales de nuestro pueblo, ni tienen en cuenta la
dignidad de la persona humana, la naturaleza de la familia ni los valores de la sociedad costarricense, entre ellos, la fecundación in vitro, salud sexual y reproductiva, el aborto, las sociedades de convivencia de personas del mismo sexo o, más recientemente, el proyecto denominado Ley Reguladora de Bebidas Alcohólicas con el que, antes que establecer una sana política estatal de recuperación de las personas alcohólicas (tema omitido en esta Ley), se demostró la falta de criterios objetivos para fijar el número de licencias de comercialización de licores, se
flexibilizó la ampliación de horarios en los locales donde se vende licor y se redujo la distancia entre los bares y las escuelas e iglesias”.
Y anuncian para esta Cuaresma una Carta Pastoral “con la cual profundizaremos en la necesidad del fortalecimiento de la unidad nacional, del bien común y la justicia social en Costa Rica”.
Hacen también un llamamiento a “los medios de comunicación social, redes sociales y a
formadores de opinión pública para que, por encima de los intereses económicos, políticos e ideológicos, con sentido de responsabilidad y espíritu de servicio al bien común, utilicen estos instrumentos para promover los auténticos valores que alientan a la sociedad costarricense”.
Aludiendo al inicio del curso lectivo 2012 renuevan su anhelo “de que la educación siga siendo ese instrumento privilegiado para fundamentar y afianzar el progreso de nuestra Nación”.
Sin embargo, se muestran “conscientes de que la pobreza, la falta de oportunidades y el desinterés de los propios muchachos, lleva a que año con año, cientos de estudiantes abandonen las aulas”.
Al considerar el tema de la educación para la sexualidad, los obispos recuerdan que “bajo ningún criterio, puede imponérsele a los padres de familias que sus hijos reciban una educación sexual reducida a información sexual gráfica y desprovista de valores morales, con un lenguaje y una metodología que no respetan la modestia natural de los niños ni la autoridad de sus padres”.
Comunican que, el pasado 2 de febrero, pusieron en marcha el proyecto “Familia y Juventud”, con el cual la Conferencia Episcopal quiere impulsar un proceso de reflexión orientado, sobre
todo, a estos ámbitos. Con el mismo, los obispos han querido articular todas aquellas acciones que contribuyen, de manera integral, a la evangelización de las familias y de todos sus miembros, “para que por el encuentro con Jesucristo vivo, tengan plenitud de vida humana y cristiana”.
Así mismo anuncian la celebración del IV Congreso Eucarístico Nacional, que tendrá como sede la Diócesis de Cartago, en el año 2013 y el cual, afirman “significará una gracia excepcional para nuestra patria”.
Al iniciar las actividades de la catequesis en todas las comunidades parroquiales, los obispos dirigen “un afectuoso saludo a los miles de hermanos, en su mayoría laicos, que ejercen este importante ministerio en la vida de la Iglesia, así como a los niños y jóvenes que reciben su formación para los sacramentos de iniciación. También a sus padres y demás familiares para que los acompañen con su solicitud e interés, con su consejo y ayuda, con su oración y con su ejemplo”.
Se hacen eco del próximo viaje del papa Benedicto XVI a México y Cuba y se unen a la Iglesia Universal “en la oración por el Santo Padre, por el éxito de su viaje apostólico, de manera que sea un tiempo de renovación espiritual para estas naciones hermanas y para la Iglesia en América Latina”.