YAUNDÉ, miércoles, 18 marzo 2009 (ZENIT.org).- En medios universitarios especializados en estudios sobre el Islam en Camerún, preocupa la creciente influencia de musulmanes wahabitas llegados al país de Sudán y Nigeria.
Lo ha declarado a ZENIT el padre Krzysztof Zielenda, director del Instituto San José Mukasa de Yaundé, una institución de carácter universitario para religiosos, impulsada por catorce congregaciones.
Según el padre Zielenda, religioso oblato de María Inmaculada, que lleva muchos años en el país, y es profesor de religión islámica en el citado Instituto, «el Islam en Camerún está cambiando de fisonomía».
«Está pasando –añade– del Islam tradicional de las Fraternidades, a un Islam marcado por el movimiento wahabita. Son movimientos más integristas que han llegado a Nigeria desde Sudán y ahora están pasando aquí desde Nigeria. Por tanto se está reformando el mundo musulmán en Camerún».
Explica este islamólogo que el Islam de este país «ha estado siempre muy ligado a Nigeria porque las primeras comunidades musulmanas llegaron desde allí. Y ahora la influencia que viene de allí no es buena porque son grupos más integristas».
En su opinión, el hecho de que hasta ahora musulmanes y cristianos hayan coexistido en armonía en Camerún se debe en gran parte a la actitud de las autoridades políticas.
«Si la convivencia aquí entre las religiones es buena, es porque el Gobierno vela mucho por esa convivencia. Por ejemplo, en 2004, en una ciudad del norte, hubo un problema porque un grupo de jóvenes musulmanes casi llamaron a una guerra contra los cristianos de Camerún. Todas las autoridades administrativas se implicaron para lograr calmar los ánimos», afirma.
El padre Krzysztof Zielenda, misionero polaco, era entonces párroco en esa ciudad y recuerda que el gobernador le convocó, junto a otros pastores protestantes y dos imanes musulmanes.
«Y nos pidió que cada uno calmara los ánimos en su comunidad. El obispo también se reunió con el gobernador y con el jefe de la comunidad musulmana con el mismo fin».
En su opinión, esa labor de mediación del Gobierno para mantener la coexistencia de las religiones del país no es un caso aislado. «Estoy convencido de que el Gobierno verdaderamente vela para que esas relaciones no se rompan».
También la actitud de los musulmanes cameruneses en general es de entendimiento con otras religiones y en especial la cristiana. Concretamente es de señalar su actitud ante un tema tan polémico como el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona. El padre Zielenda subraya que no siguieron el juego a muchos otros grupos islámicos cuando se produjo la reacción al discurso.
«Al día siguiente de la conferencia del Papa en Ratisbona –recuerda–, iban a tener aquí una reunión conjunta el Gobierno, musulmanes y católicos. Los musulmanes dijeron que no iban. Pero los mismos que no quisieron asistir a ese encuentro publicaron un documento dejando bien claro que los musulmanes que se iban a enfrentar a ese discurso del Papa no tenían nada que ver con los musulmanes que viven en Camerún».
«Tradicionalmente las relaciones entre cristianos y musulmanes han sido buenas y siguen siendo buenas. Pero tanto los cristianos como los musulmanes mismos están muy preocupados por la influencia de los wahabitas que cada vez es más visible», concluye Krzysztof Zielenda.
Por Nieves San Martín