BRUSELAS, jueves 22 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El vicepresidente del Parlamento Europeo, Mario Mauro, ha expresado este jueves su condena del atentado sufrido el 19 de enero pasado por la Nunciatura Apostólica en Caracas, y mostró su preocupación por la situación de este país sudamericano, donde teme un «recorte de las libertades».
La madrugada del lunes, cinco bombas lacrimógenas fueron lanzadas contra la sede que la Nunciatura tiene en la capital venezolana. El atentado fue reivindicado por un grupo pro gubernamental llamado «La Piedrita-23 enero», con insultos a la jerarquía local de la Iglesia católica.
Los repetidos atentados contra la Nunciatura podrían tener que ver con la protección diplomática, tradición en todas las embajadas del mundo a un refugiado, concedida al estudiante Nixon Moreno, acusado desde hace dos años a la espera de que el gobierno del presidente Hugo Chávez le permita abandonar el país en su condición de perseguido político.
«Expreso mi solidaridad y mi cercanía a la Nunciatura y a toda la comunidad católica venezolana, que es continuamente blanco de la intolerancia religiosa y del fanatismo de los grupos cercanos al presidente Chávez», afirmó Mauro.
Mario Mauro, que desde la semana pasada es el representante de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) para la persecución religiosa, afirma que «la proliferación de episodios similares en el futuro no hará sino empeorar una situación ya difícil en Venezuela, donde los ciudadanos están poco a poco perdiendo todas las libertades fundamentales».
Según el vicepresidente europeo, «estamos frente a una verdadera emergencia», pues el referéndum convocado por Chávez sobre el alargamiento ilimitado de su mandato, para el próximo 15 de febrero, podría constituir la «piedra funeraria del Estado de derecho y para la libertad religiosa del pueblo venezolano».
En este sentido, Mauro ha pedido «una intervención inmediata de la comunidad internacional para restablecer dentro del país un clima de tolerancia y de paz».
Precisamente, la Conferencia Episcopal Venezolana expresaba, en su último documento pastoral los obispos del país mostraban su postura crítica ante este referéndum, como «contrario» a la voluntad del pueblo.
Por Inma Álvarez
