El Santo Cristo de Esquipulas en Guatemala celebra su año jubilar

Al cumplirse 250 años de la construcción del santuario

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CIUDAD DE GUATEMALA, miércoles 7 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Con una misa solemne precedida por el cardenal Rodolfo Quezada Toruño, obispo de Ciudad de Guatemala, se inauguró el pasado domingo el año jubilar para conmemorar los 250 años de la fundación de la basílica del Santo Cristo Esquipulas, ubicada en la ciudad guatemalteca que lleva su mismo nombre. Esta celebración se extenderá hasta el 4 de enero de 2010.

Miles de peregrinos se congregaron allí cuando el purpurado dirigió el rito de apertura y bendición de la puerta santa de la Basílica, con la participación de varios obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala y de otros países centroamericanos.

La Penitenciaría Apostólica, con el mandato del papa Benedicto XVI, concederá durante este año jubilar la indulgencia plenaria a los fieles que vayan a peregrinación a este santuario.

«Nosotros los Esquipultecos como anfitriones somos los que debemos de estar orgullosos por este gran privilegio y enorme bendición que el Milagroso Señor de Esquipulas hoy nos deja disfrutar», aseguró Walter Guevara, uno de los fieles. Su testimonio fue publicado en el blog oficial de Esquipulas.

Ciudad de fe y devoción popular

Esquipulas es conocida como la capital católica de Centroamérica. Anualmente recibe unos 4 millones de peregrinos. Es una pequeña ciudad ubicada en el sur oriente de Guatemala.

En sus plazas y calles resuenan los sonidos de la marimba, instrumento típico de esta ciudad. También conocida por la presencia de artesanos que trabajan tecomates, dulces en conserva, bordados de palma, entre otras labores hechas a mano. Tiene cerca de 50 mil habitantes y pertenece a la diócesis de Zacapas.

Según dio a conocer en rueda de prensa el pasado mes de diciembre el padre Hugo López, presidente del comité de la Basílica, durante el año 2008 se han realizado varias restauraciones en el templo y se han adquirido once nuevas obras de arte religioso provenientes de Perú para celebrar así su año jubilar.

Los marcos de las pinturas fueron elaborados por varios escultores de Sacatepéquez, ciudad ubicada en la región central de Guatemala.

El santuario del Cristo negro

La basílica de Esquipulas fue construida en honor al «Cristo Negro»,  conocido también como el «Señor de las misericordias». Es el crucifijo más venerado en Centroamérica. La escultura en madera fue realizada en 1594 por el escultor de origen portugués Quirio Cataño por voluntad de los campesinos que habitaban en este lugar.

Anualmente, centenares de peregrinos salen en procesión por las calles de la ciudad con una réplica de esta imagen para agradecer los milagros y adorar al Señor de Esquipulas.

En el siglo XVIII la imagen comenzó a ser conocida por sus milagros, razón por la que el entonces obispo de Guatemala, Fray Pedro Pardo de Figueroa, al encontrar alivio para una enfermedad incurable tras haber rezado ante la imagen, prometió como señal de agradecimiento edificar un santuario más grande que pudiera albergar un número mayor de peregrinos. Fue así como el 4 de enero de 1759 se dio la bendición e inauguración de esta basílica.

En 1956 el papa Pío XII erigió la prelatura del Santo Cristo de Esquipulas. Tres años más tarde se fundó allí un Monasterio Benedictino, que actualmente atiende a los peregrinos y a los feligreses de las seis parroquias de la prelatura. En 1961 el Papa Juan XXIII elevó el santuario a la categoría de basílica menor.

La diócesis de Zapacas espera así que millones de peregrinos visiten este año el santuario de Esquipulas en estos eventos conmemorativos que esperan enriquecer «espiritualmente para quienes deseen recibir las indulgencias y bendiciones», según indicó el padre Hugo López.

Mayor información: http://www.esquipulas.com.gt/

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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