Ante la crisis financiera, poner la persona en el centro; propone el cardenal Martino

El presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz visita Chile

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SANTIAGO DE CHILE martes, 30 septiembre 2008 (ZENIT.org).- La crisis financiera que se ha desencadenado en Estados Unidos con repercusiones en todos los continentes debe recordar que en el centro de la economía debe ponerse a la persona humana, ha advertido el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.

El cardenal Renato Martino, quien se encuentra de visita en Chile, explicó en una rueda de prensa de la que informa la Conferencia Episcopal de ese país, que «la crisis económica, que se manifiesta en todo el mundo, tal vez es una señal que nos dice que el mundo no está hecho solamente de cuentas, de dinero, de economía».

Según el purpurado italiano, se trata de un fenómeno que «nos sirve para acordarnos que hay que poner a la persona humana en el centro de toda la economía mundial».

Entre los problemas mayores que enfrenta hoy la humanidad, el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz mencionó la situación de la movilidad humana, y los 200 millones de personas que se mueven en búsqueda de trabajo, refugio o una mejor situación económica.

También tuvo una palabra especial sobre el problema del agua en el mundo, que en los años venideros muy probablemente se complique más: «el derecho al agua es un derecho humano fundamental que es parte del derecho a la vida, que está compuesto de varios derechos, como el derecho a la comida, al trabajo, al agua. Por eso el agua no puede ser un elemento que se privatice, tiene que estar a la disposición de todos».

Tras la rueda de prensa, el cardenal Martino sostuvo un encuentro con obispos de Chile en el que expuso algunas reflexiones sobre la relación entre evangelización y doctrina social, «que no es algo periférico o accidental en la misión evangelizadora de la Iglesia».

La «pastoral social, es un derecho-deber de la Iglesia que se fundamenta en motivos teológicos», indicó Martino.

«Es por ello que la visión integral de la persona humana nunca debe faltar en la praxis de los cristianos en la sociedad, en ninguno de sus ámbitos: en el ámbito del trabajo, de la economía, de la política, de la cultura, de los esfuerzos por construir la paz… todos los ámbitos, todas las estructuras sociales, para tener un rumbo y un programa dignos de recorrer y realizar, deben considerar siempre la verdad sobre el hombre que la Iglesia -con toda su doctrina- proclama, enseña y defiende».

Reconociendo que si la doctrina social de la Iglesia sigue siendo desconocida o mal comprendida, el cardenal concluyó que «esto para nosotros los pastores de la Iglesia representa un desafío».

«Si el protagonismo en la actividad directa para la transformación de las realidades sociales, económicas y políticas de acuerdo al plan de Dios corresponde a los seglares –aclaró–, a los pastores –obispos y sacerdotes– nos corresponde un compromiso muy delicado y no menos exigente, es decir, satisfacer el derecho que los laicos tienen a ser formados e iluminados por la doctrina social de la Iglesia, a ser acompañados en la forja de una sólida espiritualidad y a ser animados por la cercanía de sus pastores».

«Sólo así podrán ellos cumplir con eficacia evangélica sus compromisos cotidianos en el mundo. Este acompañamiento resulta todavía insuficiente en muchos lugares», concluyó.

El Cardenal Martino, quien fue casi veinte años observador permanente de la Santa Sede en la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, se encuentra en Chile hasta el 1 de octubre ilustrando a través de conferencias y encuentros la doctrina social de la Iglesia, recogido en el Compendio publicado por el Consejo que preside.

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ZENIT Staff

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