ROMA, domingo, 27 julio 2008 (ZENIT.org).- Cerca de un 1% de las mujeres de Estados Unidos han oído hablar de los métodos naturales de planificación familiar y tratamiento de fertilidad. Ahora bien, el cofundador de Natural Procreative Technologies (NaPro) cree que este número podría aumentar exponencialmente en los próximos 40 años.
El doctor Thomas Hilgers, cofundador del Instituto Pablo VI, de Omaha, Nebraska, ha desarrollado el Creighton Model Fertility Care System y es autor de «The Medical and Surgical Applications of NaProTechnology» (Aplicaciones médicas y de cirugía de NaProTechnology).
Con ocasión del cuadragésimo aniversario de la publicación de la encíclica «Humanae Vitae», el 25 de julio de 1968, la Academia Americana de Profesionales de Fertilidad tuvo sus encuentro anual el mes pasado en Roma.
En esta entrevista con Zenit, Hilgers habla de los próximos 40 años de la «Humanae Vitae».
La primera parte de esta entrevista apareció el viernes, 25 de julio.
–¿Qué visión tiene de los próximos 40 años y qué papel puede desempeñar el Espíritu Santo en el futuro del Modelo Creighton FertilityCare y de la Naprotecnología?
–Hilgers: Es una pregunta interesante. Me he preguntado y creo en la presencia del Espíritu Santo en la habitación del Papa Pablo VI.
En nuestra conferencia en Roma, el cardenal Giovanni Battista Re fue quien pronunció la alocución clave. El cardenal Re trabajó durante seis años en la Secretaría de Estado del Vaticano durante el pontificado de Pablo VI.
El cardenal Re no citó la «Humanae Vitae» sino un discurso que dio el Papa Pablo VI unos días o semanas después de la encíclica. El cardenal recordaba la afirmación del Pontífice de que había «puesto su confianza en el Espíritu Santo de forma que pudiera ser una voz para la verdad».
Cuando consideras esto, es algo verdaderamente para recordar. De alguna forma esto es así porque él estaba sólo en aquel momento. Había personas que le apoyaban, supongo, en el Vaticano, pero tenía a todo el mundo en contra. Y es la situación perfecta para que el Espíritu Santo trabaje.
No sé con exactitud cómo será el futuro de este trabajo del Espíritu Santo. Creo que el mismo sistema del Modelo Creighton y la Naprotecnología tienen un papel que desempeñar en el futuro y tenemos que seguir trabajando para hacer más disponibles los servicios FertilityCare y que más gente los conozca.
Piense sólo en los Estados Unidos. Probablemente el 99% de las mujeres jamás han oído hablar de esto. Hay un gran vacío para llegar a la gente. Así, mucho de nuestro trabajo en los próximos 10 años en el Instituto Pablo VI será encontrar formas de llegar a grupos de mujeres y hombres.
Sólo en Estados Unidos tenemos cerca de 200 centros de FertilityCare. Necesitamos entre 3.000 a 4.000. Esto puede darle una una idea de hacia dónde vamos. Va a llevar tiempo conseguirlo, pero tenemos muchos de los componentes de la estructura reunidos.
De muchas formas se ha realizado un buen trabajo. Incluso el desarrollo de la Academia Americana de Profesionales de FertilityCare ha sido parte de un desarrollo general del sistema del Modelo Creighton. Se fundó en 1981 porque no había ninguna organización que respondiera a las demandas profesionales de estos nuevos maestros del Modelo Creighton, y ahora los médicos se van acercando.
Se ha hecho todo este trabajo fundacional y ahora es necesario que se alimente, crezca y desarrolle. Habrá avances. Una de las cosas que me gustaría ver es una cura para la infertilidad. La Naprotecnología esperanzas de lograrlo.
Los profesionales de la corriente dominante en obstetricia y ginecología, la fecundación in vitro, están mostrando que no tiene un futuro. Ellos se han ocupado menos de lo que va mal en la fertilidad de la pareja, por lo que no están interesados en las causas subyacentes. Pero nosotros sí estamos interesados.
Creo que si podemos progresar con unos pocos pasos importantes, dejando atrás los programas in vitro, los podremos dejar fuera del negocio. Y me gustaría ver que esto ocurre. Se han hecho cosas horribles con las mujeres, con los médicos y con la misma profesión.
En cuanto al negocio del control de nacimientos, no creo que podamos sacarlo del mercado. Todo lo que podemos esperar es competir con él. Y tenemos cosas verdaderamente buenas que proponer. Pero es como una pared en blanco. No convencen a la industria del control de la natalidad. A nivel individual puedes convencer a la gente. El mundo de Margaret Sanger tiene una filosofía opuesta en 180 grados a lo que estamos haciendo y de lo que habla la Iglesia.
El Papa Juan Pablo II dijo, en términos bastante directos, que la diferencia entre el método natural y el anticonceptivo está en puntos de vista sobre la persona humana irreconciliables. Por eso, en última instancia, el debate está en eso. Y es ahí donde verdaderamente está el debate sobre el aborto. Las sentencias del Tribunal Supremo de que el niño en el vientre materno no es una persona son como las que se dictaron durante 150 años con las personas de color. Sabemos que esto no puede funcionar. El aborto es otra cosa que hay que eliminar.
–¿Podrá cambiarse la visión sobre la anticoncepción artificial?
—Hilgers: No soy de ninguna forma favorable a la anticoncepción, pero la anticoncepción se resiste a luchar. Yo establecería de modo más rápido y competitivo nuestros programas, porque creo que puedes cambiar totalmente lo que piensa una nación si logras que un número considerable de personas piensen lo mismo sobre esta clase de temas.
Es algo parecido a vacunar. No tienes que inmunizar al 100% de la gente para eliminar una enfermedad. Si logras que el 30%, o el 40%, o el 50% de los norteamericanos, o del mundo, usen el método natural, verás un gran cambio de actitud con respecto a cómo se toman hoy las decisiones.
–¿Nos anticipa que algún día Pablo VI será canonizado?
—Hilgers: Creo que ya es santo. Creo que debería considerársele para la beatificación, la santidad y la canonización. En el momento en que fue elegido, Pablo VI fue considerado un liberal. Era el arzobispo de Milán, Italia, y había trabajado vigorosamente en apoyo de la gente necesitada de la zona. Tenía la reputación de que si trabajas con los pobres, eres un liberal. Ahora sabemos que eso no es necesariamente verdad.
Él tomo una decisión sobre la «Humanae Vitae» y la dejó en manos del Espíritu Santo. Esto es algo verdaderamente notable. Todo lo que necesitamos de él para que sea santo es comprender el momento en que tomó la decisión de escribir la «Humanae Vitae». La publicación de «Humanae Vitae» fue durísimo. Haber tomado esta decisión, es de verdad un milagro. Este milagro en sí es suficiente para canonizarle. Era una persona muy, muy santa y tomó probablemente una de las decisiones más duras, sino la más, del siglo XX. Pero era la correcta. Espero que tenga lugar su canonización.
Por Robert Conkling, traducción del original inglés realizada por Justo Amado