CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 julio 2008 (ZENIT.org).- Felipe Landázuri, un trabajador de Cáritas Colombia, fue asesinado el pasado 24 de junio en la localidad de Candelilla de la Mar (diócesis de Tumaco) cerca de la frontera con Ecuador, según informa esta institución en un comunicado enviado a Zenit.
El suceso ocurrió cuando un grupo de hombres armados atacó Candelilla de la Mar y tras amenazar a la población de pasar información al ejército y a la guerrilla se llevaron a Landázuri. Dos horas más tarde su cuerpo sin vida fue encontrado con tres impactos de bala en la cabeza.
El trabajador asesinado prestaba sus servicios ayudando a la población desplazada con la Cáritas diocesana de Tumaco y estaba involucrado en proyectos de asistencia y de prevención de violaciones de los derechos humanos. La gente que vive en esta región del sur del país y en la costa del Pacífico llevan muchos años sufriendo los abusos sistemáticos de grupos armados que operan en la zona, donde el ejército y bandas armadas luchan por el control de la tierra para el cultivo de la coca y la palma productora de aceite.
El obispo de Tumaco ha denunciado en repetidas ocasiones las violaciones de derechos humanos a las que la gente se ve sometida. Desde hace varios meses las amenazas de muerte contra voluntarios de Cáritas y otras personas asociadas a su trabajo, como maestros de escuelas, son bastante habituales.
La secretaria general de Cáritas Internationalis, Lesley-Anne Knight, se unió a los obispos de Colombia en su condena a «este terrible acto contra una persona que trabajaba por los pobres y más vulnerables», y urgió al gobierno para «que investigue este asesinato, traiga a sus responsables ante la justicia y asegure protección a la población local».
Según fuentes de Cáritas, unos tres millones de personas viven desplazados en Colombia, que sufre desde hace varias décadas una espiral de enfrentamientos armados entre varios grupos guerrilleros, el ejército y bandas paramilitares.