ROMA, martes, 27 de mayo 2008.- Ha concluido en Roma el primer congreso internacional de Facultades de Comunicación de Universidades Católicas promovido por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales en el que se ha ahondado en la identidad y la misión de los centros universitarios comunicativos católicos.
Entre las acciones acordadas destaca la creación de un grupo de expertos que asesorarán a este dicasterio de comunicación de la Santa Sede, así como la fundación de una red de universidades con un «voluntariado de profesores de comunicación».
Monseñor Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, propone «integrar» el tema de la «profesionalidad» del comunicador con la «ética»: «Estos días se ha puesto de manifiesto que no soy un profesional serio y preparado sin una profunda dimensión ética».
En este sentido alaba las propuestas que durante el congreso se hicieron de la universidad como una «comunidad ética».
«Nuestro deseo es que a partir de este congreso pueda nacer un equipo de personas que reflexionen en el mundo académico y que ayuden al Pontificio Consejo a ejercer mejor su trabajo encargado por el Santo Padre», confesó al finalizar el congreso que ha congregado en Roma a profesores y cargos académicos de 45 universidades de 43 países de los cinco continentes.
Para don José María Gil Tamayo, secretario de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española, el congreso ha puesto de manifiesto la «necesidad de ayuda, de construir una red de ayuda de las facultades católicas de comunicación de todo el mundo» y también «la creación de un equipo itinerante, móvil, de profesores, un poco como un voluntariado de profesores para ayudar -previo estudio- a la realidad de cada país a aquellas realidades de comunicación más deficitarias en los países más pobres».
El profesor Farrel Corcoran, de la Dublin City University, afirmó en su ponencia que «la misión es la de educar a la gente, para que cuando se gradúen en la facultad de comunicación sean capaces de pensar con claridad sobre cómo se desarrolla el mundo y los medios. Gente con capacidad de investigación. Con lo cual es importante desarrollar la inteligencia y las facultades críticas de los estudiantes».
El profesor de Opinión Pública y hasta este año decano de la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Norberto González Gaitano, dijo que «es imprescindible que las facultades de comunicación de ideario católico, con independencia que sus alumnos sean o no católicos, enseñen los contenidos esenciales de la antropología cristiana y, específicamente, los relativos a la doctrina social de la Iglesia, además de la Historia de la Iglesia».
La decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Salamanca, Ana Lucia Echeverri, dejó claro que «si pertenecemos a una universidad católica debemos responder a ello con unas manifestaciones tangibles y ese es un reto más, pero ineludible si pretendemos la coherencia entre el ideario y la praxis».
Este congreso ha abierto la pista para la próxima cita del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, que será un congreso mundial de radios católicas a finales del mes de junio en Roma.
Por Miriam Díez i Bosch