LA PAZ, miércoles, 21 mayo 2008 (ZENIT.org).- El presidente de Bolivia Evo Morales volvió a suscitar la polémica con la Iglesia Católica respecto a la participación del cardenal Julio Terrazas en el diálogo entre el Poder Ejecutivo y los prefectos de las regiones separatistas. La Iglesia católica advirtió que se retirará del proceso si se excluye al cardenal.
Distintos miembros del Gobierno hicieron declaraciones advirtiendo que aceptarían a la Iglesia como mediadora, pero sin la presencia del cardenal Terrazas, porque éste quedaba excluido de proceso al participar en el referéndum por el Estatuto Autonómico de Santa Cruz, el 4 de mayo.
El pasado 15 de marzo, tras una reunión con el presidente Evo Morales en Santa Cruz, el cardenal Terrazas abrió un proceso de facilitación entre el Ejecutivo y los prefectos opositores, para lo cual designó al obispo alteño, Jesús Juárez como delegado para iniciar las gestiones.
Tras el fracaso en las negociaciones, el 7 de abril, el cardenal Terrazas y el Presidente tuvieron el primer choque. El purpurado consideró infundada la versión del Ejecutivo respecto de la existencia de «esclavos» en la provincia Cordillera de Santa Cruz. Rápidamente, Morales señaló que se sentía «traicionado por la cúpula de la Iglesia».
Posteriormente, la decisión del cardenal Terrazas de votar en el referéndum del 4 de mayo ahondó la crisis con el Ejecutivo. Morales señaló que la Iglesia parece actuar como un «sindicato opositor».
La Iglesia Católica por su parte pidió más respeto, a raíz de las últimas declaraciones del presidente Evo Morales, quien acusó a la cúpula eclesial de haberse convertido en un sindicato opositor a su gestión, entre otros calificativos y ante los ataques que lanzan diversas autoridades de gobierno.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), monseñor Jesús Juárez, recalcó la importancia del papel de la Iglesia en la sociedad boliviana, por lo que pidió a las autoridades del gobierno y especialmente, al presidente Morales ser más cuidadoso con las declaraciones que realiza.
«Conocemos al señor Presidente, pero yo pienso que la institución de la Iglesia merece más respeto, consideración y creo que este lenguaje no es digno de un Primer Mandatario de una nación», subrayó monseñor Juárez .
Por su parte, ante esas declaraciones, el canciller señaló: «Nosotros estamos dispuestos a que la Iglesia juegue un papel facilitador. Debía acercar y no tomar partido, a mí me ha sorprendido sobremanera cuando el máximo representante de la Iglesia ha tomado partido, participando en este referéndum (autonómico) ilegal (del 4 de mayo pasado) que no está dentro de la leyes».
La Iglesia se manifestó solidaria con el cardenal Terrazas y advirtió que si el presidente Morales y el Gobierno excluyen al purpurado del diálogo, esa institución no participará en ningún proceso de concertación.
Así lo afirmó monseñor Juárez: «Si excluyen al cardenal Julio Terrazas la Iglesia solidariamente apoyará al Cardenal y entonces no asistirá a ningún diálogo».
Monseñor Juárez declaró que los obispos quieren diálogo, pero con el cardenal, porque es la máxima autoridad y no podrían actuar al margen de él. «Diálogo sí, porque el cardenal ha sido solicitado por las partes para facilitar el diálogo juntamente con la Iglesia Católica. Estamos en momentos de inclusión y no de exclusión», declaró el obispo.
Añadió que «un diálogo si quiere ser serio merece una invitación por escrito, con una agenda de temas, señalando el lugar y hora. No es imprescindible si queremos buscar el acercamiento, pero sí es imprescindible que la invitación sea por escrito y con la seriedad correspondiente».
Confirmó que hasta el momento no llegó a la Iglesia una invitación por escrito y no se conoce una fecha de cuándo sería este encuentro.
El cardenal Terrazas retornó a Bolivia el pasado 19 de mayo tras una visita de casi diez días al Vaticano donde fue recibido por el Papa Benedicto XVI.
Respecto de los cuestionamientos del Gobierno a la Iglesia, el cardenal afirmó: «El Santo Padre sabe que en todas partes nos cuestionan, además no sólo nos cuestionan porque podamos decir palabras, se cuestiona siempre la palabra de Dios, la palabra del Evangelio, que cuando llega con exigencias no siempre alegra a todos. Y sabemos también por las mismas palabras del Señor, que a quienes no aceptan estas palabras, nosotros no somos jueces y no podemos condenarlos tampoco».
El cardenal añadió: «Todo lo que sea diálogo, yo creo que es eso lo que tenemos que apoyar, todo lo que sea encuentro, todo lo que sea un momento especial para encontrarnos y buscar soluciones, pues bendito sea Dios. Ojalá podamos ser siempre dialogantes y no esperar momentos extras para invitar a algo que debe ser lo más normal».
Por Nieves San Martín