CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 9 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI cree en el «diálogo sincero y leal» con los musulmanes, asegura el padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El portavoz vaticano ha analizado la evolución en el diálogo con el Islam promovida por el Papa en el último editorial de «Octava Dies», semanario de información del Centro Televisivo Vaticano, del que también es director.
«El Papa respondió, a mediados de noviembre, a la carta que en octubre, al final del Ramadán, le habían dirigido a él y a otras autoridades cristianas 138 jefes religiosos musulmanes», recuerda el padre Lombardi.
«Era una carta importante, que subrayaba el papel central del amor a Dios y al prójimo en el Corán y en la Biblia judía y cristiana, con la intención clara de promover el compromiso común por la paz en todo el mundo, basándose en una comprensión recíproca mas profunda. El espíritu positivo de la carta queda claro en el título: «Una palabra común entre nosotros y vosotros», cita de un famoso versículo del Corán dirigido a la «gente del libro», judíos y cristianos».
«La respuesta del Papa recuerda que no hay que minusvalorar las diferencias, pero subraya sobre todo lo que une y alienta al respeto, al conocimiento mutuo, al reconocimiento efectivo de la dignidad de toda persona humana. Asimismo, manifiesta sincera confianza en un camino de creciente acogida, prometedor para la promoción de la justicia y la paz».
«Pero el Papa no se queda en palabras», añade su portavoz, invita al príncipe musulmán Ghazi bin Muhammad bin Talal e Jordania «a venir a Roma con una delegación de los promotores de la carta común y propone un encuentro de reflexión y de estudio con el Consejo Pontificio par el Diálogo Interreligioso, y con algunas instituciones académicas católicas especializadas».
«En definitiva, el Papa cree en el diálogo, un diálogo sincero y leal, naturalmente», subraya.
«También entre los musulmanes hay muchos interlocutores sabios y autorizados, conscientes de los grandes desafíos de la humanidad de hoy, y es positivo el que entre ellos aumente la capacidad de expresión común y una voluntad de declararse explícitamente por la paz. La dirección es buena. Hay que ayudarse a continuar por este camino», concluye.