CASTEL GANDOLFO, jueves, 16 agosto 2007 (ZENIT.org).- El «dragón» del materialismo que parece imponerse en la sociedad no es invencible, pues Dios y su amor son más fuertes, aseguró Benedicto XVI en la solemnidad de la Asunción de la Virgen María este 15 de agosto.
En la homilía de la celebración eucarística, el pontífice comentó las palabras del Apocalipsis de San Juan Evangelista, que hablan de un «dragón rojo, fortísimo», «manifestación impresionante e inquietante de poder sin gracia, sin amor, del egoísmo absoluto, del terror, de la violencia».
Ante los fieles que llenaban la parroquia Santo Tomás de Villanueva en Castel Gandolfo, residencia donde transcurre el resto del verano, el Papa recordó que para los cristianos a los primeros cristianos que leyeron el Apocalipsis el dragón les llevaba a pensar «en el poder de los emperadores romanos anticristianos, desde Nerón hasta Domiciano».
«Este poder parecía ilimitado; el poder militar, político, propagandístico del imperio romano era tal que ante él la Iglesia daba la impresión de ser una mujer indefensa, sin posibilidad de supervivencia, y mucho menos de vencer», reconoció.
«Y, sin embargo, sabemos que al final venció la mujer indefensa, no venció el egoísmo ni el odio; venció el amor de Dios y el imperio romano se abrió a la fe cristiana», constató.
Ahora bien, siguió aclarando el obispo de Roma, «las palabras de la Sagrada Escritura trascienden siempre el momento histórico».
«Este dragón no sólo hace referencia al poder anticristiano de los perseguidores de la Iglesia de aquel tiempo, sino a las dictaduras materialistas anticristianas de todos los períodos», y mencionó en particular «la dictadura del nazismo y la dictadura de Stalin».
«Tenían todo el poder, penetraban todos los rincones. Parecía imposible que, a largo plazo, la fe pudiera sobrevivir ante este dragón tan fuerte, que quería devorar al Dios hecho niño y a la mujer, la Iglesia. Pero, en realidad, también en este caso al final el amor fue más fuerte que el odio», recordó.
«También hoy existe el dragón, de maneras nuevas, diferentes –aseguró–. Existe en la forma de las ideologías materialistas que nos dicen: es absurdo pensar en Dios; es absurdo cumplir con los mandamientos de Dios; es algo del pasado».
Para estas ideologías «lo único que vale la pena es vivir la vida. Sacar de este breve momento de la vida todo lo que se puede vivir. Sólo vale el consumo, el egoísmo, la diversión»
«Y de nuevo parece absurdo, imposible, oponerse a esta mentalidad dominante, con toda su fuerza mediática, propagandística», confesó. «Hoy parece imposible seguir pensando en un Dios que ha creado al hombre y que se ha hecho niño y que sería el auténtico dominador del mundo».
«También ahora este dragón parece invencible, pero también ahora sigue siendo verdad que Dios es más fuerte que el dragón, que quien vence es el amor y no el egoísmo», recalcó.
«También hoy vemos ciertamente que el dragón quiere devorar al Dios hecho niño. No tengáis miedo por este Dios aparentemente débil. La lucha ya ha sido superada. También hoy este Dios débil es fuerte: es la verdadera fuerza», concluyó.