Así se desprende de las palabras de su arzobispo local, monseñor Domenico Sorrentino, en la carta –fechada el 8 de diciembre– en la que «con gran alegría» anuncia que el domingo 17 de junio de 2007 el Papa acudirá a visitar la ciudad y a la comunidad diocesana.
«Alabamos al Señor y damos gracias de corazón al Santo Padre, que manifiesta así su afecto por nosotros y su especial atención por la misión de Asís, Ciudad del Pobrecillo, en la Iglesia y en el mundo», reconoce el prelado.
La anunciada visita de Benedicto XVI se enmarca en un año especial, pues entre octubre de 2006 y octubre de 2007 es el «Año de la conversión», inspirado en el VIII centenario de la Conversión de San Francisco.
«Varias veces, en estos meses, el Santo Padre ha hablado de San Francisco, subrayando precisamente la perspectiva de su conversión a Cristo como clave de lectura de su vida, de su mensaje, de su actualidad», recuerda monseñor Sorrentino.
Así que la presencia y enseñanza del Papa en Asís «nos darán luz -recalca- y ya desde ahora la espera de este evento nos estimula a vivir con entusiasmo nuestro programa espiritual y pastoral, en sintonía con toda la Iglesia italiana comprometida, especialmente tras el Congreso de Verona, a dar testimonio de Cristo Resucitado como esperanza del mundo».
Benedicto XVI llegará a Asís a las 8.50 horas del próximo 17 de junio en helicóptero; será acogido por monseñor Sorrentino y por otras autoridades religiosas y civiles, apunta el programa difundido por la archidiócesis.
A continuación se dirigirá en automóvil a San Damián y después a Santa Clara para un breve momento de oración en privado.
Celebrará la Santa Misa a las 10.30 horas en la basílica inferior de San Francisco; pronunciará la homilía y dirigirá el rezo del Ángelus.
En el Sacro Convento, a las 13.00 horas, almorzará con los obispos de Umbría, con la comunidad religiosa y sus acompañantes. Igualmente saludará a las monjas clarisas capuchinas alemanas.
Por la tarde, en la catedral de San Rufino, celebrará un encuentro con el clero y los religiosos.
El programa de la jornada concluirá en Santa María de los Ángeles, con su visita en privado a la Porciúncula a las 17.30 horas y el encuentro con los jóvenes en la plaza de la basílica.
En cuanto supo de la visita papal, el ministro general de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos), Fr. José Rodríguez Carballo, ofm, dirigió una carta de agradecimiento a Benedicto XVI.
El acontecimiento «interesa no solo a nuestras Fraternidades que viven y trabajan en la diócesis de Asís, sino también a nuestra Fraternidad Universal», reconoce al Santo Padre Fr. Rodríguez Carballo.
Y es que «Asís es la ciudad de Francisco»; «en Asís hemos nacido, y desde Asís, el Seráfico Padre nos envió “de dos en dos” por el mundo, para anunciar la «paz y la penitencia», expresa.
«Además –prosigue su misiva al Papa-, su “peregrinación” a Asís acontece mientras nuestra Orden se encuentra en camino hacia el VIII centenario de su fundación (1209-2009), y nuestro itinerario tuvo como punto de partida el diálogo de Francisco con el Crucifijo de San Damián, diálogo que Su Santidad, en varias ocasiones propuso como clave de lectura para entender la aventura humana y evangélica del “Poverello”».
«Permítame expresarle la alegría y la gratitud, mía y de toda la Orden de Hermanos Menores, por este nuevo don, que se transforma en lugar de referencia para nuestra vocación y misión en la Iglesia y en el mundo de hoy», concluye.
Hace poco más de un año, Benedicto XVI introdujo novedades en Asís: un legado pontificio -como signo del vínculo de la Sede Apostólica con Asís- y la jurisdicción del obispo local sobre los dos Templos Mayores franciscanos: las Basílicas de San Francisco y de Santa María de los Ángeles.
La primera -que custodia los restos de San Francisco- está confiada a la Orden de los Frailes Menores Franciscanos Conventuales; la segunda -que contiene la iglesia de la Porciúncula- a la Orden Franciscana de los Frailes Menores.
Unos y otros, «con su solícita obra y su testimonio, han mantenido vivo el espíritu y el carisma de San Francisco, difundiendo en el mundo entero su mensaje evangélico de paz, de fraternidad y de bien», escribió entonces el Papa.