Dolor del Papa por la ordenación ilegítima de un obispo en China

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 3, diciembre 2006 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha manifestado en un comunicado el dolor de Benedicto XVI por la ordenación ilegítima, sin el consentimiento del Papa, de un obispo en China.

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La ordenación episcopal del sacerdote Giovanni Wang Renlei, tuvo lugar el jueves, 30 de noviembre, en la diócesis de Xuzhou, en China continental, por decisión de la Asociación Patriótica, que tiene por objetivo ser una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede, reconocida por las autoridades comunistas.

Según informó la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras AsiaNews.it, la Oficina gubernamental de Asuntos Religiosos llegó a secuestrar (bajo engaño) a dos obispos de la provincia de Hebei, a fin de obligarles a su participación (Cf. Zenit, 1 de diciembre de 2003).

Ambos pertenecen a la Iglesia «oficial», pero sus respectivas ordenaciones fueron aprobadas por el Vaticano.

Por su parte, monseñor Giovanni Wang Renlei, de 36 años, según AsiaNews.it, también estuvo en régimen de aislamiento, pues antes de la ordenación no fue posible hablar con él por teléfono.

Una nota emitida este sábado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede explica que «el Santo Padre ha recibido con profundo dolor la noticia, pues dicha ordenación episcopal se ha conferido sin mandato pontificio, es decir, sin respetar la disciplina de la Iglesia católica sobre el nombramiento de los obispos».

Ésta y otras ordenaciones episcopales precedentes, añade el comunicado, «ofenden los sentimientos religiosos de todos los católicos en China y en todo el mundo, es fruto y consecuencia de una visión de la Iglesia que no corresponde con la doctrina católica y que subvierte principios fundamentales de su estructura jerárquica».

Para que pueda ser ordenado un obispo, se necesita que su «consagración sacramental» tenga lugar en «la comunión jerárquica con la Cabeza» y con los demás obispos, motivo por el cual se necesita el mandato pontificio.

«Una ordenación episcopal ilegítima es un acto objetivamente tan grave que el derecho canónico establece severas sanciones para quienes la confieren y reciben, a condición de que el acto se realice en condiciones de verdadera libertad», aclara el comunicado.

El comunicado vaticano, hace alusión a la posibilidad de que los obispos ordenantes o el ordenado hayan podido actuar movidos por la fuerza.

«La Santa Sede tiene conciencia del drama espiritual y del sufrimiento de aquellos eclesiásticos –obispos consagrantes y ordenados– que se ven obligados a ser parte activa de ordenaciones episcopales ilegítimas, faltando así a la tradición católica, que en su corazón quisieran seguir fielmente», afirma el comunicado.

Al mismo tiempo muestra su solidaridad a los católicos –sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos– «que se ven obligados a acoger a un pastor, sabiendo que no está en plena comunión jerárquica ni con el que encabeza el colegio de obispos ni con los demás obispos esparcidos por todo el mundo».

Un portavoz anónimo de la Oficina de Asuntos Religiosos, citado por la agencia Xinhua, ha explicado que «dado el status quo de las relaciones entre China y el Vaticano y el hecho de que el colegio de los obispos católicos de China ha hecho sus valoraciones y que la diócesis de Xuzhou ha terminado la selección del candidato y le ha preparado para la ordenación, la petición del Vaticano de detener y posponer la ordenación no es razonable».

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ZENIT Staff

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