«En una diócesis tan extensa como la nuestra, que abarca más de 130.000 kilómetros cuadrados y se encuentra en la región amazónica, las barcas son indispensables a la hora ofrecer una asistencia pastoral a las personas que viven diseminadas por las costas fluviales», aseguró el P. Gino Alberati, OFMCap., en su reciente visita a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
El sacerdote, evangelizador italiano que trabaja actualmente en la diócesis de Alto Solimoes en el Estado de Amazonas (norte de Brasil), pidió a Ayuda a la Iglesia Necesitada apoyo para la parroquia de Santo Antonio do Icá.
«Esta parroquia cuenta con unas 30 comunidades católicas asentadas en las riberas de los ríos Icá y Solimoes. Incluso en esta zona tan remota, las sectas son muy activas en su empeño de desorientar a los católicos. Con un barco capilla, la labor pastoral en la parroquia sería mucho más sencilla», afirma.
La Diócesis de Alto Solimoes cuenta con unos 170.000 habitantes, entre ellos, unos 100.000 católicos, asistidos tan sólo por trece sacerdotes.