CIUDAD DEL VATICANO/ASÍS, miércoles, 1 marzo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado al cardenal Attilio Nicora legado pontificio para las Basílicas de San Francisco y de Santa María de los Ángeles en Asís (Italia).
Un comunicado de la Santa Sede del pasado 21 de febrero expresó así el deseo del Papa de estrechar los lazos franciscanos de Asís con la Sede Apostólica.
Tres meses atrás, el Santo Padre había introducido nuevas normas para las Basílicas de San Francisco y de Santa María de los Ángeles: un legado pontificio como signo del vínculo de la Sede Apostólica con Asís y la jurisdicción del obispo local sobre los dos Templos Mayores franciscanos para armonizar sus actividades con la pastoral diocesana
La primera –que custodia los restos de San Francisco– está confiada a la Orden de los Frailes Menores Franciscanos Conventuales; la segunda –en cuyo interior se encuentra la iglesia de la Porciúncula– a la Orden Franciscana de los Frailes Menores.
El Santo Padre modificó la sujeción jurídica de estos templos en su Carta Apostólica en forma de «Motu proprio» (por iniciativa personal) (Zenit, 21 noviembre 2005), que los religiosos acogieron con explícita alegría.
El obispo de Asís-Nocera Umbra-Gualdo Tadino tiene desde entonces la jurisdicción prevista por el derecho sobre las iglesias y sobre las casas religiosas en lo que respecta a todas las actividades pastorales desarrolladas por los Padres Conventuales de la Basílica de San Francisco y por los Frailes Menores de Santa María de los Ángeles.
En este contexto se enmarcó la designación del arzobispo Domenico Sorrentino, de 57 años, al frente de la citada diócesis.
Pero Benedicto XVI también previó un legado pontificio asignado a la Basílica del San Francisco y al anexo Sacro Convento, así como a la Basílica de Santa María de los Ángeles.
Debía ser un cardenal para «perpetuar con su autoridad moral los estrechos vínculos de comunión entre los sagrados lugares en memoria del Pobrecillo» de Asís y la Sede Apostólica.
Es la tarea que corresponde ya al cardenal Attilio Nicora, de 68 años, también presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica desde el 1 de octubre de 2002 por designación de Juan Pablo II.
El purpurado italiano carece de jurisdicción sobre los citados lugares franciscanos, pero «podrá impartir la Bendición Papal en las celebraciones que presidirá en ocasión de las solemnidades litúrgicas mayores».