(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El Congreso internacional sobre lepra que organiza el Vaticano en el instituto Agustinianum de Roma, contempla una serie de conferencias ante un público experto sobre el tema, con representantes de 45 naciones y 42 relatores.
Este jueves, en el primer día de la cumbre, el Presidente del Consejo Pontificio para los agentes sanitarios, Mons. Zygmunt Zimowski, en su mensaje recordó que “existe una relación profunda entre lepra y misericordia”. El secretario de dicho Consejo, Jean-Marie Mupendawatu, añadió que «existe una deuda con ellos”.
Por su parte, Yohei Sasakawa, presidente de la Fundación Nippon y embajador de buena voluntad para la eliminación de la lepra, de la Organización Mundial de la Sanidad, recordó que muchos exponentes de la Iglesia católica han consagrado su vida a los pacientes afectados por el Morbo de Hansen: “Pienso en San Damian de Veuster, o en la beata Madre Teresa, y a donde fui he visto gratitud hacia la Iglesia”. La fundación Nippon, –añadió– en los años 90 decidió dar gratuitamente el fármaco para la terapia ‘antilepra’.
Entre los presentes estaba Jeanne Cécile Nyamungu, religiosa del Congo, coordinadora médica de Cáritas. ZENIT tuvo la oportunidad de conversar con ella, que señaló los problemas de la lepra todavía hoy. Procendente la diócesis de Bunia, en la República Democrática del Congo», es religiosa de la Caridad Materna, y en el sistema de salud trabaja en la coordinación de los centros médicos.
“Las tres principales enfermedades endémicas son la malaria, el SIDA y la tuberculosis. Esta última va junto al programa de la lepra, y por ello estamos aquí”, dijo.
“Tenemos seis hospitales en la diócesis –precisó la religiosa congoleña– que se ocupan de lepra y 23 centros sanitarios, pero en el Programa nacional de combate a la lepra tenemos 36 hospitales y 13 centros sanitarios, como estructuras integradas”.
“En nuestra provincia de Itury hemos registrado en el 2015 más de 600 casos de lepra y si bien el OMS ha definido que la enfermedad está erradicada en varias regiones, esto no sucede en nuestro caso”, señaló la religiosa.
“Actualmente existen las medicinas para curarse y después de 48 horas que inicia el tratamiento la enfermedad deja de ser contagiosa. Entretanto el principal problema es que generalmente el diagnóstico llega tarde, y cuando vienen a curarse ya tienen complicaciones o discapacidades que les vuelven inválidos para la sociedad”, dijo.
La religiosa indicó que “el tratamiento de la persona afectada por el Morbo de Hansen, inicia a domicilio, pero los enfermos tienen que frecuentar los hospitales para recibir las medicinas”, y que en un territorio tan vasto a veces “hay dificultades para hacerlas llegar”.
“Hoy en día –señalo sor Jean Cécilie– los leprosarios ya han sido suprimidos, ellos viven en sus comunidades y vienen para curarse, pero los que tienen discapacidades no son bien recibidos”. El gran problema es la reinserción social y asegura que es necesario “trabajar para volverles a dar la vida, porque tienen su dignidad como todas las personas”.
Por ello explica que “nuestro trabajo es sensibilizar masivamente la población para que hagan el diagnóstico a tiempo. Y que sean personas válidas que puedan contribuir al país y a la Iglesia”.
La religiosa Jeanne Cecile NYAMUNGU, coordinadora sanitaria en la República Democrática del Congo (Foto ZENIT cc)
Mons. Zimowski: “Hay una relación profunda entre lepra y misericordia”
Entrevista a Jeanne Cécile Nyamungu, religiosa del Congo que trabaja con enfermos de lepra