El Papa en Georgia con los consagrados en la catedral que el comunismo había transformado en un gimnasio

El Papa en Georgia con los consagrados en la catedral que el comunismo había transformado en un gimnasio

Francisco invita a los consagrados de Georgia a tener una fe con memoria, coraje y esperanza en el futuro

Aseguró que es necesario custodiar el recuerdo de la primera llamada

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(ZENIT – Roma).- El papa Francisco tuvo en la tarde de este sábado en la capital de Georgia, un encuentro en la iglesia de la Asunción de la Virgen, con los sacerdotes, religiosas, religiosos y seminaristas. Presentes también representantes del Consejo pastoral de las varias denominaciones católicas en Georgia, además de los asistidos y los operadores de caridad de la Iglesia de los camilianos. Este templo en la época del comunismo había sido transformado en una gimnasio y fue reconsagrado hace algunos años atrás.
Mons. Giuseppe Pasotto, administrador apostólico del Cáucaso de los Latinos, recibió al Santo Padre y le agradeció porque “su presencia nos anima a permanecer firmes en la fe de nuestros abuelos” y señaló que Georgia fue la tierra nativa del “nuestro primer santo mártir, san Vartan Mamigonian, que sacrificó su vida junto a sus compañeros para defender la fe cristiana.
El Santo Padre habló improvisando y contó algo que le ha pasado hoy, cuando con otros dos obispos ortodoxos de diversos ritos dieron una vuelta en el auto abierto.
Y después del recorrido, al caminar hacia el auto, una anciana de más de ochenta años, (y bromeó ‘bueno no tan anciana’ lo que produjo mucha risa), lo saludó con cariño detrás de las vallas y le dijo: soy armenia y vivo en Georgia, y añadió que había viajado varias horas para encontrar al Papa y lo mismo el día después.
Francisco elogió la fe simple de esta mujer que “quería ver a Pedro”. “Firmes en la fe –aseguró– es capacidad de recibir el tesoro de la fe, conservarlo y transmitirlo”. No solo no olvidarlo pero “hacerlo crecer y darlo a nuestros hijos”.
Por ello en Cracovia, recordó el Papa, dio como misión especial a los jóvenes la de hablar con los abuelos, porque “son los abuelos quienes nos han transmitido la fe”. Una fe sin el testimonio de los abuelos no crece como tampoco lo hace una fe de la que no doy testimonio a los que vienen. «La fe precisa tener memoria del pasado, coraje en el presente y esperanza en el futuro».
Respondiendo al seminarista que en sus palabras aseguró sentirse orgulloso de ser católico y que en el futuro será un sacerdotes georgiano, el Papa le preguntó ¿Qué te dijo tu madre cuando de chico le has dicho que querías ser como ese sacerdote que celebraba? A lo que el seminarista indicó que la mamá aceptó la idea. Francisco señaló que “la mujer perdía a un hijo” y que en el inicio de una vocación está siempre la mamá o una abuela…
Por eso invitó a los religiosos a custodiar ese recuerdo de la primera llamada. En particular en el momento de la prueba recordar que fue un llamado del Espíritu Santo, para nunca mirar hacia atrás a no ser para recordar ese primer momento, de manera que la fe se mantenga sólida y también la vocación. Porque la misericordia de Jesús es más grande que nuestros pecados.

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ZENIT Staff

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