(ZENIT, 8 Sept. 2017).- El papa Francisco llegó este viernes al atardecer a Bogotá con el vuelo A321 de Avianca procedente de Villavicencio, donde pasó la mayor parte de su tercer día del viaje apostólico en Colombia.
En el exterior de la Nunciatura, unos niños interpretaron para el Papa una coreografía con un baile y música folclóricos. Allí le esperaban también víctimas de la violencia, agentes y ex guerrilleros.
Una señora le dijo “Colombia es un hospital de campo” y que le regalaban “el sufrimiento de Colombia, pasado, presente y futuro», simbolizado en un nido de cigüeña “tejido con nuestro dolor”. Comentó los retiros espirituales que realizaban con quienes participaron en el conflicto. Como en un hospital de campo.
Otra señora que perdió a su familia por la explosión de un oleoducto debido a un atentado, reconoció su falta de fe, sus heridas. “No juzgo a los guerrilleros porque se que hay un Dios que ve todo”, dijo. Y le suplicó al Papa que pida a Dios “que me dé la gracia de perdonar”, si bien indicó que “hoy voy caminando hacia el Señor”. No es fácil, dijo, «pero sé que es Dios que perdona en mi y un día lo lograré».
El Santo Padre dirigiéndose a todos los presentes dijo: “Gracias por el hospital de campo, gracias por que las puertas fueron abiertas, gracias por los que se animan a entrar, por los que miran de lejos que quieren entrar y no saben cómo”. Y citó una frase de la segunda señora: «Dios perdona en mi”.
“Son muchos los que no pueden perdonar todavía. Pero hoy recibimos una lección de alta teología, Dios perdona en mi. Basta dejar que Él haga. Y toda Colombia tendría que abrir sus puertas como las abrió este hospital de campo. Y dejar que entre Él y que Él perdone en uno. Darle lugar. Yo no logro pero hacedlo Vos”.
Porque “la reconciliación concreta con la verdad, la justicia y la misericordia, solamente la puede hacer Él . Que la haga y nosotros aprenderemos detrás de Él a hacerla” dijo. “Gracias por lo que hacen y por lo que me enseñaron esta noche”.
El Pontífice concluyó recordando que “al pie de la cruz estaba la Madre que había sido despojada de ese Hijo, que había visto la tortura todo. Que ella acompañe a las muJeres colombianas y les enseñe como ella, el camino a seguir. Se lo pedimos juntos: Dios te Salve Maria…”
En la Nunciatura el Santo Padre cena y pernocta por tercera vez.
En la puerta de la nunciatura de Bogotá
El Papa en la nunciatura: "Dios perdona en mi"
El Pontífice dirige una palabra a un grupo de actores y víctimas del conflicto