(ZENIT – 1 febrero 2018).- “Nosotros no somos ni eternos ni efímeros: somos hombres y mujeres en camino en el tiempo, tiempo que comienza y tiempo que termina”.
Homilía del Papa Francisco en la Misa celebrada en Santa Marta el jueves, 1 de febrero de 2018.
El Santo Padre ha afrontado el pensamiento de la muerte que «nos salva de la ilusión de ser dueños del tiempo». En este sentido, Francisco ha señalado que “La muerte es un hecho, la muerte es una herencia y la muerte es una memoria”.
En su homilía, el Papa se ha inspirado en el pasaje del Primer Libro de los Reyes, que aborda el tema de la muerte de David, el Papa Francisco invitó a la asamblea a “rezar y pedir la gracia del sentido del tiempo” para no permanecer “encarcelados” por el momento presente, “encerrados en sí mismos”. “La muerte es un hecho que atañe a todos – recordó el Pontífice – y dijo que “antes o después llega”.
«El camino termina en la muerte»
“Pero está la tentación del momento que se adueña de la vida y te lleva a ir girando en este laberinto egoísta del momento sin futuro, siempre ida y vuelta, ida y vuelta, ¿no? Y el camino termina en la muerte, todos lo sabemos. Por esta razón la Iglesia siempre ha tratado de hacer reflexionar sobre este fin nuestro: la muerte, ¿no?”, ha comentado el Pontífice.
“Yo no soy el dueño del tiempo, repetir esto ayuda” –ha recomendado el Papa– porque “nos salva de esa ilusión del momento, de tomar la vida como una cadena de eslabones de momentos, que no tiene sentido”.
“Yo estoy en camino y debo mirar hacia adelante”, pero también debo considerar que “la muerte es una herencia”, no la herencia material, sino la herencia del testimonio, ha señalado Francisco.
El Papa Francisco celebra la Eucaristía 1/2/2018 © Vatican Media
Santa Marta: "La muerte nos salva de la ilusión de ser dueños del tiempo"
Reflexión del Papa en la Misa, 1 de febrero de 2018