(ZENIT – 18 febrero 2018).- La Cuaresma, es “vivir los días con el deseo de acoger el amor que viene de Dios y que quiere transformar nuestra vida y el mundo entero”, ha explicado el Papa Francisco, antes del Ángelus de este domingo 18 de febrero de 2018, en la Plaza San Pedro, con la gente arrebujada bajo el paraguas. “¡No es imposible!” ha exclamado el Papa, y el remedio es la “confianza” en el amor de Dios.
El Papa ha hablado más rápido de lo habitual, en italiano, como si tuviera prisa de que la gente, las 20.000 personas pudieran cobijarse de la lluvia batiente.
En su catequesis sobre la Cuaresma, el Papa ha invitado a los bautizados a “tener el coraje de rechazar todo lo que nos conduce fuera del camino; los falsos valores que nos equivocan atrayendo nuestro egoísmo de manera astuta”.
Ha indicado el remedio: en la “confianza”: “al contrario, debemos tener confianza en el Señor, en su bondad, y en su proyecto de amor para cada uno de nosotros”.
El Papa también ha invitado a vivir la Cuaresma en la “alegría”: “La Cuaresma es un tiempo de penitencia, sí, pero ¡no es tiempo triste!. Es un tiempo de penitencia, pero no un tiempo triste, de duelo. Es un compromiso gozoso y serio para despojarnos de nuestro egoísmo, de nuestro hombre viejo, y para renovarnos según la gracia de nuestro bautismo”.
“Solo Dios puede darnos la verdadera felicidad, ha declarado el Papa: es inútil perder nuestro tiempo buscando fuera: en las riquezas, en los placeres, en el poder, en la carrera…El Reino de Dios, es la realización de todas nuestras aspiraciones, porque es al mismo tiempo, salvación del hombre y gloria de Dios”.
Y este amor transforma a las personas y al mundo, ha seguido explicando el Papa: “en este primer domingo de Cuaresma, estamos llamados a escuchar con atención y a acoger esta llamada de Jesús a convertirnos y a creer en el Evangelio. Somos exhortados a comenzar con compromiso el camino hacia Pascua, para acoger cada vez más la gracia de Dios que quiere transformar el mundo en un reino de justicia, de paz y de fraternidad.
“Que la Virgen María nos ayude a vivir esta Cuaresma en la fidelidad a la Palabra de Dios, y con oración continua, como lo hizo Jesús en el desierto.¡No es imposible! Se trata de vivir los días con el deseo de recibir el amor que proviene de Dios y que quiere transformar nuestra vida y el mundo entero”, ha insistido el Papa
© Traducción ZENIT, Raquel Anillo
Ángelus 18/02/2018, Captura @ Vatican Media
Ángelus: La Cuaresma, no es misión “imposible”
El remedio, es la confianza en el amor de Dios