(ZENIT – 1 enero 2020).- «Para todos, creyentes y no creyentes, porque todos somos hermanos, no quiero dejar de esperar un mundo de paz que podamos construir juntos día tras día»: tal es el deseo de paz expresado por el Papa Francisco después de la oración del Ángelus este miércoles 1 de enero de 2020, 53ª Jornada Mundial de la Paz.
El Papa recordó el tema de su mensaje para este día: «Paz, un camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica».
El Papa expresó sus deseos: «A todos ustedes aquí en la plaza de San Pedro y conectados a través de los medios, les extiendo mis mejores deseos de paz y bien para el Año Nuevo».
Agradeció al Presidente italiano: «Agradezco al presidente de la República Italiana, el honorable Sergio Mattarella, por el pensamiento que me dirigió en su mensaje de fin de año, y le devuelvo el favor invocando la bendición de Dios en su alta misión».
Aludió a la iniciativa de la comunidad de San Egidio para promover la paz: «Doy una calurosa bienvenida a los participantes al evento: ‘Paz en todos los países’. Este evento está organizado por la Comunidad de San Egidio en Roma y en muchas ciudades de todo el mundo. Ellos tienen también una escuela para la paz. ¡Seguid adelante! Saludo a los peregrinos de los Estados Unidos de América, Nueva Zelanda y España; jóvenes italianos, albaneses y malteses con las Hermanas de la Caridad; amigos y voluntarios de la ‘Fraterna Domus'».
El Papa también elogió otras iniciativas en todo el mundo: “Envío mis saludos y mi aliento a todas las iniciativas por la paz que las Iglesias, asociaciones y movimientos eclesiales han promovido en este día de la paz: reuniones de oración y fraternidad acompañada de solidaridad con los más pobres. Recuerdo especialmente la marcha que tuvo lugar ayer por la tarde en Rávena».
Alentó especialmente a los voluntarios en las regiones de conflicto: “Mis pensamientos también están con los muchos voluntarios que, en lugares donde la paz y la justicia están amenazadas, eligen con valentía estar presentes de forma no violenta y desarmada; así como al personal militar que participa en misiones de mantenimiento de la paz en muchas zonas de conflicto. ¡Muchas gracias a ellos!».
“Para todos, creyentes y no creyentes, porque todos somos hermanos, no quiero dejar de tener la esperanza de construir juntos un mundo de paz día tras día. Y no os olvidéis rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista», concluyó el Papa.