Aprobación del Camino Neocatecumenal: Acción de gracias en todo el mundo

Numerosas diócesis organizan celebraciones

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ROMA, 1 enero 2003 (ZENIT.org).- Cardenales y obispos de todos los continentes están presidiendo celebraciones eucarísticas acción de gracias tras la aprobación por parte de la Santa Sede de los estatutos del Camino Neocatecumenal.

Esta realidad, que la Sede Apostólica presenta «al servicio de los obispos diocesanos y de los párrocos como una modalidad para redescubrir el sacramento del Bautismo, y de educación permanente en la fe» –como explicó el Consejo Pontificio para los Laicos–, está presente en más de 900 diócesis del mundo, con unas 17.000 comunidades en 5.500 parroquias.

El Camino ha dado origen a 49 seminarios «Redemptoris Mater», donde se forman unos 1.500 seminaristas (se han ordenado ya más de 800). En estos momentos, unas 315 familias que comparten la espiritualidad del Camino han dejado su casa para ser misioneras en los rincones más descristianizados del planeta.

Una de las últimas celebraciones de acción de gracias tuvo lugar el pasado 14 de diciembre en Murcia con la participación de 6000 personas, presidida por el obispo, monseñor Manuel Ureña. Estaban presentes unos cincuenta sacerdotes, autoridades civiles, representantes de la Universidad Católica de Murcia (nacida como fruto del Camino Neocatecumenal), miembros de algunos de los 46 seminarios Redemptoris Mater, y miembros de otras realidades eclesiales y órdenes religiosas –Opus Dei, Comunión y Liberación, Carismáticos, Focolares, Identes, Verbum Dei, así como misioneras de la Caridad fundadas por la Madre Teresa de Calcuta que recientemente, han abierto una casa en Murcia–.

En la celebración, monseñor Ureña hizo referencia a la reunión mantenida el pasado 19 de diciembre en Roma con el secretario del Papa, el obispo Stanislaw Dziwisz, para invitar oficialmente al Santo Padre al año jubilar de Caravaca de la Cruz. El secretario del Papa, según monseñor Ureña, señaló que el camino es «una realidad muy querida por el Papa y que había que apoyarlo en todo momento».

Una de las primeras celebraciones de acción de gracias fue presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, diócesis en la que surgió el Camino en los años sesenta, en la Catedral de la Almudena el 20 de octubre, con la participación de unos 4.000 fieles.

En la homilía de la eucaristía, el cardenal aseguró que «el Camino neocatecumenal se convierte para muchos hombres en catecumenal porque a través de los catequistas se encuentran a Jesucristo muerto y resucitado, y así vuelve a florecer la vida de la fe en el paisaje de la Iglesia».

Comentó que los frutos de esta Institución van aumentando, y que «con la aprobación del estatuto, la Iglesia le reconoce como camino de formación cristiana que se ofrece a todos los fieles para tomar de él su riqueza y llevar la fuerza del Evangelio a otros».

Por su parte, el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario de Juan Pablo II para la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, presidió el 5 de noviembre en la Basílica de San Juan de Letrán otra eucaristía de acción de gracias a la que se unieron importantes representantes de la Santa Sede y de la Iglesia católica en Italia.

«En un mundo secularizado, en donde se extiende la indiferencia religiosa y muchas personas viven como si Dios no existiera, el Camino es sin duda una respuesta providencial para un nuevo descubrimiento de los sacramentos de la iniciación cristiana», dijo el cardenal Ruini, subrayando las conversiones a la fe católica que ha podido constatar en su diócesis, gracias a personas que siguen el Camino.

En esa acción de gracias participaron hombres de Iglesia, como el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, o el arzobispo alemán Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum».

Obispos de Estados Unidos han organizado también momentos de acción de gracias, y algunos prelados estadounidenses, como el cardenal Theodore E. McCarrick, arzobispo de Washington, participaron en la ceremonia de entrega oficial de la aprobación de los Estatutos por parte del Consejo Pontificio para los Laicos en Roma el 28 de junio pasado.

El arzobispo de Denver (EEUU), monseñor Charles J. Chaput, organizó una eucaristía de acción de gracias el pasado 14 de diciembre y señaló que «es la primera vez en la historia de nuestra Iglesia que un programa de renovación catecumenal para bautizados ha sido bendecido por la Iglesia de manera formal». Por este motivo, invitó a toda su diócesis, en particular a sus sacerdotes, a alegrarse y a dar gracias pues esta novedad «es el signo de la presencia del Espíritu Santo».

El arzobispo de Newark (EEUU), John J. Myers, en la ceremonia de acción de gracias que presidió en su diócesis subrayó la necesidad de una comunidad que tienen hoy los creyentes «en nuestro mundo secularizado, donde muchos han abandonado a la iglesia, o viven su fe a un nivel sumamente superficial».

Citando a Juan Pablo II, subrayó la importancia del Camino Neocatecumenal con estas palabras: «No podemos permitir que el anonimato de la ciudades invada nuestras comunidades eucarísticas. Necesitamos encontrar nuevos métodos y nuevas estructuras para encontrar puentes entre las personas, de manera que puedan realizar verdaderamente la experiencia de aceptación recíproca y de cercanía exigida por la fraternidad cristiana. Esta experiencia, y la catequesis que le debe acompañar, debe realizarse en comunidades más pequeñas».

El 28 de septiembre, el arzobispo John F. Donoghue de Atlanta (EEUU), explicó que tras la aprobación de los estatutos se abre una nueva etapa en la vida del Camino. «La Iglesia espera ahora de vosotros un compromiso aún más fuerte y generoso en la nueva evangelización y en el servicio a las Iglesias locales y a las parroquias –dijo dirigiéndose a representantes del Camino–. Por tanto, vosotros, presbíteros y catequistas del Camino, tenéis la responsabilidad de hacer que los Estatutos se cumplan fielmente en todos sus aspectos, de modo que sean un verdadero fermento para un nuevo impulso misionero».

Algunos obispos han ido más lejos todavía. Estas celebraciones de acción de gracias han llevado les han llevado a escribir cartas a sus sacerdotes en las que piden que abran sus parroquias al carisma propio del Camino Neocatecumenal.

Por ejemplo, monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de Segorbe-Castellón, publicó el 7 de diciembre pasado un decreto en el que pide a los párrocos que «solicitéis la realización de las catequesis de este Camino Neocatecumenal en las parroquias que os he confiado».

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ZENIT Staff

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