Brasil: Trabajo esclavo, un delito que persiste

Denuncia la Conferencia Episcopal

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BRASILIA, jueves 2 febrero 2012 (ZENIT.org).- El Consejo Episcopal Pastoral de la Conferencia Episcopal Brasileña emitió una nota oficial, firmada por el secretario general monseñor Leonardo Steiner, con motivo de la celebración de la Jornada Nacional de Lucha contra el Trabajo Esclavo, realizada este 28 de enero. La nota califica el trabajo esclavo como “práctica abominable”.

Los obispos brasileños reiteran en la nota su apoyo a todas las iniciativas encaminadas a la erradicación de este mal que va contra los derechos de la persona humana.

“Toda forma de esclavitud es un atentado a la dignidad de los hijos e hijas de Dios y un pecado social que clama al cielo”, afirma la nota.

No obstante el esfuerzo de la Iglesia, de las instituciones del Estado y de la sociedad civil, subraya la nota, “el trabajo esclavo todavía es una realidad deplorable, en el campo, en la industria, en el turismo, en el sector inmobiliario o en otras actividades económicas”.

Las víctimas, añaden, “son hombres, mujeres, jóvenes, niños e inmigrantes de algunos países latinos que tienen en común la pobreza y el deseo de vivir con dignidad” y recuerdan que la Iglesia católica en Brasil viene luchando y denunciando este delito desde 1970, con la creación de la Comisión Pastoral de la Tierra y otras iniciativas eclesiales.

La nota cita datos del Ministerio de Trabajo según los cuales hasta noviembre de 2011, fueron liberadas 2.203 personas en situación de trabajo esclavo.

“Muchos hermanos y hermanas todavía esperan esta liberación que sólo se hará realidad con la implementación de medidas que acaben con la impunidad de esta práctica abominable”, afirma la nota.

La Conferencia Episcopal apela con vehemencia al Congreso Nacional para que apruebe una medida “que destina a la Reforma Agraria las tierras donde se compruebe que existe la práctica del trabajo esclavos” y lamenta que hayan pasado ya diez años de tramitación sin que haya sido aprobada. “No es posible que el clamor de los que la defienden como uno de los eficaces instrumentos de lucha contra el trabajo esclavo sea como una voz en el desierto”, afirma.

La nota recuerda a quienes perdieron sus vidas en la lucha contra el trabajo esclavo: “Su sangre no puede quedar impune y su trabajo debe continuar en el compromiso de todos por la justicia”.

Y concluye la nota extendiendo su solidaridad a todas las personas víctimas del trabajo esclavo y recordando al Estado “su responsabilidad en la defensa y protección tanto de los que combaten la plaga social del trabajo esclavo como de quienes son víctimas de ella”.

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ZENIT Staff

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