(ZENIT – 13 mayo 2019).- «No tengo miedo al estudio, pero hasta este momento no está claro», aclaró el Papa Francisco en su conferencia de prensa al regreso del viaje apostólico a Bulgaria y Macedonia del Norte, cuando un periodista le preguntó sobre el diaconado femenino.
En Bulgaria, el Santo Padre visitó una comunidad ortodoxa que continúa con una larga tradición de ordenar a mujeres diaconisas para proclamar el Evangelio. A los pocos días del viaje internacional, el Papa se reunió en el Vaticano con la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), y hace tres años solicitó una comisión para estudiar el diaconado femenino.
En este contexto, Francisco explicó que la comisión para estudiar este tema se creó y ha trabajado durante casi dos años. «Eran todos distintos, todos ‘sapos de distintos pozos’. Todos pensaban diferente, pero han trabajado juntos y se han puesto de acuerdo hasta un cierto punto. Pero, cada uno de ellos tiene su propia visión que no concuerda con la de los otros. Y ahí se han detenido como comisión y cada uno está estudiando cómo seguir adelante».
¿Ordenación sacramental?
Según el Papa, sobre el diaconado femenino, «hay un modo de concebirlo no con la misma visión del diaconado masculino». Por ejemplo –indicó–: las fórmulas de ordenación diaconal encontradas hasta ahora —según la comisión— no son las mismas para la ordenación del diácono masculino y se parecen más a la que hoy sería la bendición de una abadesa. Este es el resultado de algunos de ellos, yo estoy hablando así, de memoria. Otros dicen “no, esto es una fórmula diaconal”, pero discuten, no está claro. Había diaconisas al inicio, ¿pero era ordenación sacramental o no? Sobre eso se discute y no está claro.
Sí, ayudaban; por ejemplo, en la liturgia lo vemos, en los bautismos como eran por inmersión, la diaconisa ayudaba cuando se bautizaba a una mujer, relató el Papa. También en la unción en el cuerpo de la mujer. Luego salió un documento en el que se veía que las diaconisas eran llamadas por el obispo cuando había una disputa matrimonial para la nulidad o el divorcio o la separación. Cuando la mujer acusaba al marido de golpearla llamaban a la diaconisa para que esta viera el cuerpo, por los moratones y así testimoniaba en el juicio. «Es lo que recuerdo, pero lo fundamental es que no hay certeza de que fuese una ordenación con la misma forma y finalidad que la ordenación masculina. Algunos dicen: Está la duda, continuemos estudiando».
Sacerdotisas paganas
Es curioso que donde hubo diaconisas se sitúa casi siempre en una zona geográfica, sobre todo en Siria, pero en otras partes no existían o eran pocas, explicó el Pontífice, asegurando que recibió todos los datos de la comisión.
«Cada uno sigue estudiando y se ha hecho un buen trabajo porque se ha llegado hasta un cierto punto común que puede servir como base para seguir adelante, estudiar y dar una respuesta definitiva sobre: sí o no, según las características de la época».
Hay algo interesante, señaló Francisco: Algunos —ahora nadie lo dice— algunos teólogos hace algunos años, hace 30 años, por ejemplo, decían que no había diaconisas porque las mujeres estaban en segundo plano en la Iglesia y no solo en la Iglesia. Pero es curioso, en esa época había muchas sacerdotisas paganas. El sacerdocio femenino en el culto pagano estaba a la orden del día. Entonces, ¿cómo se entiende que existiendo este sacerdocio femenino pagano con las mujeres no se diese en el cristianismo?
«Esto es lo que se está estudiando, pero hemos llegado a un punto y ahora cada uno de los miembros está estudiando según su tesis. Esto es bueno. Varietas delectat», concluyó.