El papa Francisco hoy en la Sala Clementina en el Vaticano recibió en audiencai a los participantes del Encuentro Internacional por la Paz, organizado por la Comunidad de San Egidio. Tres días de encuentros, que iniciaron ayer con una misa en la basílica pontificia de San Pablo extra muros, y que seguirán con 32 mesas redondas hasta mañana martes, cuando por la tarde en el Campidoglio, actual sede de la Municipalidad de Roma, será firmado un mensaje de paz.
El nombre del encuentro es: «El coraje de la esperanza: religiones y cultura en diálogo». Participan cardenales, opispos, sacerdotes, rabinos, imanes, políticos, periodistas y laicos especialistas.
El santo padre le agradeció a los representantes de las Iglesias, comunidades eclesiales de las grandes religiones de haberle visitado y del encuentro que realizan.
«Gracias a la comunidad de san Egidio por seguir el camino marcado por el beato Juan Pablo II en el histórico encuentro de Asís en 1986, cuando el papa invitó a los líderes religiosos a rezar por la paz: no más los unos contra los otros, sino los unos junto a los otros» dijo.
«No podemos dejar –prosiguió el papa- que el terrorismo encarcele los corazones de pocos violentos para sembrar dolor y muerte a tantos. De forma especial digamos con fuerza, todos, continuamente, que no puede haber ninguna justificación religiosa paraa la violencia, en cualquier modo que esta se manifieste. Como subrayaba el papa Benedicto XVI «es necesario cancelar todo tipo de forma de violencia motivada religiosamente y juntos vigilar para que el mundo no se quede preso de la violencia que está contenida en todo proyecto de civilización que se basa en el ‘no’ a Dios».
«Un lider religioso es siempre un hombre de paz, porque el mandamiento de la paz está inscrito en lo profundo de las tradiciones religiosas que representamos» dijo.
«El encuentro que ustedes realizan cada año –precisó el santo padre– nos sugiere el camino: la valentía del diálogo, que da esperanza» y si en el mundo, en la sociedad, hay poca paz «también se debe a que falta el diálogo, es difícil salir del estrecho horizonte de los propios intereses para abrirse a un verdadero y sincero encuentro».
Y añadió que «el dialogo es la vía de paz. Porque el dialogo favorece el acuerdo, la armonía, la concordia, la paz».
«Los líderes religiosos –subrayó Francisco– estamos llamados a ser verdaderos ‘dialogantes’, a actuar en la construcción de la paz no como intermediarios, sino como auténtico mediadores», porque «el diálogo y oración crecen o se deterioran juntos. La relación del hombre con Dios es la escuela y el alimento del diálogo con los hombres».
«Continuemos a rezar –concluyó el santo padre– por la paz del mundo, en Siria, en Oriente Medio, en tantos países del mundo. Y que este valor de paz done el valor de la esperanza al mundo, a todo aquellos que sufren por la guerra, a los jóvenes que miran preocupados su futuro».
