Audiencia con los docentes y estudiantes del Pontificio Instituto Bíblico, 9 de mayo 2019 © Vatican Media

Encuentro del Santo Padre con los profesores y alumnos del Instituto Bíblico

En su 110 aniversario

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(ZENIT – 9 mayo 2019).- Con motivo del 110 aniversario de la fundación del Pontificio Instituto Bíblico, el Papa Francisco ha celebrado hoy, 9 de mayo de 2019, una audiencia con los profesores y alumnos de dicho instituto y con los participantes en la conferencia «Jesús y los fariseos. Una revisión interdisciplinaria».

Del 7 al 9 de mayo, en la Universidad Gregoriana de Roma ha tenido lugar la conferencia internacional “Jesús y los fariseos, una revisión interdisciplinaria”, organizada por el consabido instituto. En ella han participado expertos de ambas tradiciones, cristiana (católica y protestante) y judía, procedentes de Argentina, Austria, Canadá, Colombia, Alemania, India, Israel, Italia, Países Bajos y Estados Unidos.

El Papa Francisco no ha leído el discurso que tenía previsto, se lo ha entregado a los asistentes y ha procedido a saludarlos a todos.

Ahora se exponen algunas de las ideas, así como extractos, incluidos en dicho texto.

Pontificio Instituto Bíblico

En sus palabras, Francisco rememora la fundación de este Pontificio Instituto Bíblico, creado por San Pio X con el objetivo de ser  «un centro de altos estudios de las Sagradas Escrituras en la ciudad de Roma, para promover con la mayor eficacia posible la doctrina bíblica y los estudios con ella relacionados según el espíritu de la Iglesia católica» (Carta Apostólica Vinea electa, 7 de mayo de 1909).

Igualmente, el Santo Padre señala que este instituto ha trabajado desde entonces para mantenerse fiel a su misión y ha contribuido a promover la investigación académica y la enseñanza de estudios bíblicos para los estudiantes y futuros profesores, que proceden de unos setenta países.

En los últimos años, el Instituto ha intensificado su colaboración con expertos judíos y protestantes.

Los fariseos

Con respecto a la Conferencia “Jesús y los fariseos, una revisión interdisciplinaria”, el Papa ha resaltado que la finalidad de la misma es “comprender los relatos, a veces polémicos, acerca de los fariseos en el Nuevo Testamento y en otras fuentes antiguas. Además, aborda la historia de las interpretaciones eruditas y populares entre los judíos y los cristianos”.

Como señala el Papa, a pesar de que para muchos judíos los fariseos son sus antepasados espirituales, los fundadores del judaísmo rabínico, para los cristianos y la sociedad secular, esta palabra a menudo se utiliza para referirse a una persona hipócrita.

Este tipo de interpretaciones han “favorecido las imágenes negativas de los fariseos, incluso sin una base concreta en los relatos evangélicos. Y a menudo, a lo largo del tiempo, esta visión ha sido atribuida por los cristianos a los judíos en general”.

Importancia del estudio

Según el Santo Padre, los estudios recientes demuestran que ahora sabemos menos de los fariseos que los que nos precedieron. Por ello, subrayó que “la investigación interdisciplinaria sobre las cuestiones literarias e históricas concernientes a los fariseos tratadas en esta conferencia contribuirá a adquirir una visión más veraz de este grupo religioso, y también ayudará a combatir el antisemitismo”.

Jesús y los fariseos

El Obispo de Roma demuestra con ejemplos del Nuevo Testamento que, aunque “Jesús tuvo muchas discusiones con los fariseos sobre preocupaciones comunes”, también compartían cuestiones como la fe en la resurrección y aspectos de la Torá. De hecho, en los Hechos de los Apóstoles (15:5), se narra cómo varios fariseos se unieron a los seguidores de Jesús en Jerusalén.

También ha destacado figuras como las del líder fariseo Gamaniel (5:34-39), que defendió a Pedro y a Juan o la de Nicodemo, que defendió a Jesús en la asamblea (Jn 7,50-51) y estuvo presente en su sepultura (19:39).

Igualmente, en el Evangelio de Marcos, Jesús se refiere a un escriba fariseo diciéndole «No estás lejos del reino de Dios» (12:34), manifestando de nuevo su aprecio a estos líderes religiosos.

Conocer al prójimo

En este sentido, Francisco se ha referido, asimismo, al diálogo entre judíos y cristianos y a la necesidad de conocer al prójimo para quererle: “Efectivamente, para amar mejor a nuestros vecinos, necesitamos conocerlos y, para saber quiénes son a menudo, debemos encontrar el modo de superar viejos prejuicios. Por eso, vuestra conferencia, relacionando credos y disciplinas con la intención de alcanzar una comprensión más madura y precisa de los fariseos, permitirá que se les presente de una manera más apropiada en la enseñanza y en la predicación”.

Finalmente, el Papa ha deseado que el trabajo de los presentes logre “una amplia resonancia dentro y fuera de la Iglesia Católica, y que vuestro trabajo reciba abundantes bendiciones del Altísimo o, como dirían muchos de nuestros hermanos y hermanas judíos, de Hashem”.

A continuación se presenta el discurso completo del Papa para este acto.

***

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas,

Os recibo con placer con motivo del 110 aniversario del Pontificio Instituto Bíblico, y agradezco al Rector sus amables palabras. Cuando en 1909 San Pío X fundó el «Biblicum», le encomendó la misión de ser «un centro de altos estudios de las Sagradas Escrituras en la ciudad de Roma, para promover con la mayor eficacia posible la doctrina bíblica y los estudios con ella relacionados según el espíritu de la Iglesia católica»(Litt. Ap. Vinea electa, 7 de mayo de 1909: AAS 1 [1909], 447-448).

Desde entonces, este instituto ha trabajado para permanecer fiel a su misión, incluso en tiempos difíciles, y ha contribuido enormemente a promover la investigación académica y la enseñanza de los estudios bíblicos y de  los campos relacionados con ellos para los estudiantes y futuros profesores que provienen de unos setenta países. El cardenal Augustin Bea, durante mucho tiempo rector del “Biblico» antes de ser creado  cardenal, fue el principal promotor de la Declaración conciliar Nostra Aetate, que sentó las nuevas bases para las relaciones interreligiosas y particularmente para las judío-católicas En los últimos años, el Instituto ha intensificado su colaboración con estudiosos judíos y protestantes.

Doy la bienvenida a los participantes en la Conferencia «Jesús y los fariseos. Una revisión interdisciplinaria «, que pretende abordar una pregunta específica e importante para nuestro tiempo y se presenta como un resultado directo de la Declaración  Nostra Aetate. Su objetivo es comprender los relatos, a veces polémicos, acerca de los fariseos en el Nuevo Testamento y en otras fuentes antiguas. Además, aborda la historia de las interpretaciones eruditas y populares entre los judíos y los cristianos. Entre los cristianos y en la sociedad secular, en varios idiomas la palabra «fariseo» a menudo significa «persona hipócrita» o «presuntuosa». Para muchos judíos, sin embargo, los fariseos son los fundadores del judaísmo rabínico y por lo tanto sus ancestros espirituales.

La historia de la interpretación ha favorecido las imágenes negativas de los fariseos, incluso sin una base concreta en los relatos evangélicos. Y a menudo, a lo largo del tiempo, esta visión ha sido atribuida por los cristianos a los judíos en general. En nuestro mundo, estos estereotipos negativos se han vuelto, desgraciadamente, muy comunes. Uno de los estereotipos más antiguos y más dañinos es precisamente el de «fariseo», especialmente cuando se usa para poner a los judíos bajo una luz negativa.

Estudios recientes reconocen que hoy sabemos menos de los fariseos de lo que pensaban las generaciones anteriores. Estamos menos seguros de sus orígenes y de muchas de sus enseñanzas y prácticas. Por lo tanto, la investigación interdisciplinaria sobre las cuestiones literarias e históricas concernientes a los fariseos tratadas en esta conferencia contribuirá a adquirir una visión más veraz de este grupo religioso, y también ayudará a combatir el antisemitismo.

Si analizamos el Nuevo Testamento, vemos que San Pablo afirma que antes de conocer al Señor Jesús, uno sus motivos de orgullo era el hecho de ser «en cuanto a la Ley, fariseo» (Fil 3: 5).

Jesús tuvo muchas discusiones con los fariseos sobre preocupaciones comunes. Compartía con ellos la fe en la resurrección (ver Mc 12,18-27) y aceptó otros aspectos de su interpretación de la Torá. Si el libro de los Hechos de los Apóstoles asegura que algunos fariseos se unieron a los seguidores de Jesús en Jerusalén (ver 15: 5), significa que tenía que haber mucho en común entre Jesús y los fariseos. El mismo libro presenta a Gamaliel, un líder de los fariseos, que defiende a Pedro y Juan (ver 5: 34-39).

Entre los momentos más significativos del Evangelio de Juan se halla el encuentro de Jesús con un fariseo llamado Nicodemo, uno de los líderes de los judíos (ver 3.1). Jesús dice a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todos el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (3.16). Y Nicodemo defenderá a Jesús ante una asamblea (ver Jn 7,50-51) y asistirá a su sepultura 19:39). Sea cual sea la forma en que consideramos a Nicodemo, está claro que los diversos estereotipos sobre los fariseos no se le pueden aplicar, ni encuentran confirmación en ninguna otra parte del Evangelio de Juan.

Otro encuentro entre Jesús y los líderes religiosos de su tiempo se narra de diferentes maneras en los Evangelios sinópticos. Se trata de la cuestión del «gran» o «primer mandamiento». En el Evangelio de Marcos (ver 12.28-34) la pregunta la hace un escriba, no identificado de otro modo, que establece un diálogo respetuoso con un maestro. Según Mateo, el escriba se convierte en un fariseo que intentaba poner a prueba a Jesús (ver 22.34-35). Según Marcos, Jesús concluye diciendo: «No estás lejos del reino de Dios» (12:34), lo que indica la gran estima que Jesús tenía por los líderes religiosos que estaban realmente «cerca del reino de Dios».

Rabí Aqiba, uno de los rabinos más famosos del siglo segundo, heredero de la enseñanza de los fariseos[1], indicaba el pasaje de Lev 19:18: «amarás a tu prójimo como a ti mismo» como un gran principio de la Torá[2]. Según la tradición, murió como mártir con la Shema en sus labios, que incluye el mandamiento de amar al Señor con todo el corazón, el alma y  las fuerzas (ver Dt 6: 4-5)[3]. Por lo tanto, hasta donde podemos saber, habría estado en armonía sustancial con Jesús y su interlocutor escriba o fariseo. Del mismo modo, la llamada regla de oro (ver Mt 7:12), aunque en diferentes formulaciones, se atribuye no solo a Jesús, sino también a su contemporáneo más anciano Hillel, generalmente considerado uno de los principales fariseos de su tiempo. Esta regla ya está presente en el libro deuterocanónico de Tobías (ver 4:15).

Por lo tanto, el amor al prójimo constituye un indicador significativo para reconocer las afinidades entre Jesús y sus interlocutores fariseos. Sin duda, constituye una base importante para cualquier diálogo, especialmente entre judíos y cristianos, también hoy.

Efectivamente, para amar mejor a nuestros vecinos, necesitamos conocerlos y, para saber quiénes son a menudo, debemos encontrar el modo de superar viejos prejuicios. Por eso, vuestra conferencia, relacionando credos y disciplinas con la intención de alcanzar una comprensión más madura y precisa de los fariseos, permitirá que se les presente de una manera más apropiada en la enseñanza y en la predicación. Estoy seguro de que estos estudios, y de que los nuevos caminos que abrirán, contribuirán positivamente a las relaciones entre judíos y cristianos, en vista de un diálogo cada vez más profundo y más fraternal. Ojalá encuentre una amplia resonancia dentro y fuera de la Iglesia Católica, y que vuestro trabajo reciba abundantes bendiciones del Altísimo o, como dirían muchos de nuestros hermanos y hermanas judíos, de Hashem. Gracias.

[1] S. EUSEBII HIERONYMI, Commentarii in Isaiam, III, 8: PL 24, 119.

[2] Sifra sobre Levitico 19,18; Génesis Rabba 24,7 su Gen 5,1.

[3] Texto original y versión italiana en Talmud Babilonese, Trattato Berakhòt, 61b, Tomo II, a cura di D. G. Di Segni, Giuntina, Florencia 2017, pp. 326-327.

© Librería Editorial Vaticana

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Larissa I. López

Larissa I. López es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla, Máster en Artes de la Comunicación Corporativa y Doctora en Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre el ámbito de la comunicación y el de la docencia. Como redactora, ha colaborado con medios como Aceprensa, Pantalla 90 o CinemaNet. Como profesora, por su parte, ha impartido clases en la universidad y en centros de FP y bachillerato. En estos últimos realizaba también tareas relacionadas con la comunicación (redes sociales y edición de contenidos). Cordobesa de nacimiento también ha vivido en Sevilla, Madrid y Roma.

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