(zenit – 1 junio 2020)-. Monseñor José H. Gomez, arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, ha difundido una nota con motivo del asesinato de George Floyd, ciudadano afroamericano que murió en el citado país el pasado lunes durante una detención policial, y ante las subsiguientes protestas surgidas en el país.
El obispo señala que el asesinato de George Floyd “fue sin sentido y brutal, un pecado que clama al cielo por justicia”. “¿Cómo es posible que en los Estados Unidos de América se le quite la vida a un hombre afroamericano mientras no se responda a las llamadas de ayuda y que su asesinato sea grabado mientras ocurre?”, cuestiona en el comunicado.
Oración por George Floyd y su familia
“Estoy orando por George Floyd y por sus seres queridos, y en nombre de mis hermanos obispos, comparto la indignación de la comunidad afroamericana y de quienes están con ellos en Minneapolis, Los Ángeles y en todo el país. La crueldad y la violencia que él sufrió no refleja a la mayoría de los buenos hombres y mujeres que forman parte de los cuerpos policiales, quienes desarrollan sus deberes con honor. Lo sabemos”, expone Mons. Gómez.
“Y confiamos en que las autoridades civiles van a investigar este asesinato con mucho cuidado y van a asegurarse de que quienes cometieron el delito sean responsables”, continúa.
Frustración en las protestas
Con respecto a las protestas en las ciudades del país, el arzobispo considera que “reflejan una frustración y enojo justificados de millones de nuestros hermanos y hermanas, quienes aún hoy experimentan humillación y desigualdad solo por su raza y por su color de piel” y que “esto no debe ocurrir en Estados Unidos”, pues “el racismo ha sido tolerado ya por mucho tiempo como parte de nuestra forma de vida”.
Igualmente, el presidente del episcopado estadounidense remite a las palabras de Martin Luther King, Jr., que afirmó que las protestas “son el lenguaje de los que no son escuchados”.
De este modo, en este momento, “no debemos dejar de escuchar lo que las personas están diciendo a través de su dolor. Necesitamos, de una vez por todas, desenraizar la injusticia racial que todavía infecta a muchas áreas de la sociedad estadounidense”, indica.
“No se gana con violencia”
Por otro lado, Monseñor sostiene que “la violencia de las noches recientes es autodestructiva y contraproducente. Nada se gana con violencia y mucho se pierde”.
“Mantengamos nuestros ojos puestos en el precio de la verdad y del cambio duradero. Las protestas legítimas no deben ser explotadas por personas con distintos valores y agendas. Quemar y saquear las comunidades, destrozar el sustento diario de nuestro prójimo no nos permite avanzar en la causa de la igualdad racial y de la dignidad humana”, subraya en este sentido.
Finalmente, la nota concluye: “No debemos dejar que se diga que George Floyd murió en vano. Debemos honrar el sacrificio de su vida con la eliminación del racismo y del odio de nuestros corazones y renovando nuestro compromiso de cumplir la promesa sagrada de nuestra nación, de ser una amada comunidad de vida, libertad e igualdad para todos”.