Francisco: 'Ayudar a los últimos es anunciar la alegría del Evangelio'

El Santo Padre recuerda que ‘Es necesario el testimonio de la caridad en mundo que rechaza a quienes no son más rentables’

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El santo padre Francisco recibió este sábado en el Vaticano, en la sala del Concistorio, a una delegación de los Amigos de Gabriel Rosset y del Hogar de Nuestra Señora de los desamparados, provenientes desde la ciudad francesa de Lyon, y acompañados por el cardenal Philippe Barbarin.

El Santo Padre como primera cosa les indicó que aprecia “el compromiso que ellos adoptaron con los más pobres, con aquellos que la sociedad rechaza, que no tienen más techo ni comida para saciar el hambre, ni trabajo, y por lo tanto sin dignidad”. Recordó que el fundador Gabriel Rosset, había escuchado el grito de los pobres y respondió con generosidad a esta llamada.

“Esta llamada no es otra cosa que la llamada del propio Cristo que sufre en la personas que atienden, tocan sus heridas y las curan, y al mismo tiempo ellas dan un testimonio muy profundo, porque a través de ellas se encuentra a Jesús” dijo el Papa, y preciso que en realidad “los pobres nos evangelizan cada día, nos comunican la la sabiduría de Dios, misteriosamente”.

El Santo Padre profundizó más el conceptos: “El mundo actual necesita con urgencia, este testimonio de misericordia divina”. Y porque hoy más que nunca la persona humana es “rechazada como inútil cuando no es más rentable”.

Por el contrario, “Dios reconoce siempre en ella la dignidad y la nobleza de un joven muy amado. Él tiene un lugar privilegiado en su corazón. El pobre es el preferido del Señor, el está en el centor del evangelio”.

El Pontífice les agradeció por ese testimonio de misericordia, por tantas acciones concretas, gestos simples y calurosos con los cuales alivian a las personas de sus miserias, dándole una esperanza nueva, y restituyéndole su dignidad.

“No hay manera más hermosa de anunciar al mundo de hoy la alegría del Evangelio. La opción por los últimos, por aquellos a quienes la sociedad rechaza y deja de lado es una señal que siempre podemos dar, un signo que vuelve eficaz el testimonio de Cristo muerto y resucitado”.

En este tiempo de Adviento, el papa Francisco invitó a los presentes a “dirigir nuestra mirada a la Virgen María que nos ha dado el Salvador del mundo”. Y les dio un consejo: el de “estar bien sujetos al nombre de vuestro fundador que quiso dar a su obra el de ‘Nuestra Señora de los desamparados’. Y exclamó: “¡Qué lindo nombre: la madre de Jesús que cobija a sus hijos!”.

Y concluyó recordando: “El Corazón de María está lleno de compasión por todos los hombres, especialmente por los pobres y más desvalidos, los que sufren más necesidad”. Y que a través de ellos se manifiesta “su ternura material, como el de la Iglesia”.

Y concluyó: “Le pido a la Virgen de los desamparados, para que les cuide en este camino, les vuelva fecundos en la dedicación, y de fe y esperanza a todos aquellos que encuentren”.

(Artículo basado en el texto en francés traducido por ZENIT)

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ZENIT Staff

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