Francisco:' Sin una fe viva las iglesias terminan museos'

Los obispos suizos se reúnen con el Santo Padre al final de su visita ad Limina

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El santo padre Francisco recibió esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Suiza al finalizar su visita “ad Limina”, a quienes entregó su discurso. En el texto, el Papa habla de la «larga tradición cristiana del país» y de la «responsabilidad de los obispos de mantener una fe fuerte en su tierra».

De este modo, el Santo Padre afirma en el texto que «sin una fe viva en Cristo resucitado las hermosas iglesias y monasterios terminan convirtiéndose poco a poco en museos, todas las obras dignas de alabanza y las instituciones pierden su alma dejando sólo entornos vacíos y personas abandonadas». Y añadie que la misión que les ha sido confiada «es pastorear el rebaño, caminando, según las circunstancias, delante, en medio o detrás». El pueblo de Dios –afirma el Pontífice– no puede subsistir sin sus pastores, obispos y sacerdotes; el Señor ha dado a la Iglesia el don de la sucesión apostólica al servicio de la unidad de la fe y de su transmisión completa.

Por otro lado, el Papa animó a los obispos a continuar sus esfuerzos en la formación de los seminaristas, »un reto para el futuro de la Iglesia», y les invita a prestar atención a sus sacerdotes, sobre todo cuando se alejan u olvidan el significado de la paternidad episcopal. »Un dialogo humilde, verdadero y fraterno menudo permite un nuevo comienzo», indica Francisco. También les pide que «aprecien el apoyo y compromiso de los laicos diferenciando bien el trabajo de sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio de servicio» y que «seleccionen con esmero a los catequistas y formadores para que los laicos puedan integrarse realmente en la vida de la Iglesia siguiendo un camino que comienza en el bautismo».

Para concluir, el Obispo de Roma recuerda que la Iglesia procede de Pentecostés «cuando los apóstoles salieron y empezaron a hablar en todas las lenguas, manifestando así a todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo, su fe viva en Cristo resucitado». El Redentor –añade el Papa– nos invita siempre a anunciar la Buena Nueva sin dejarnos llevar por los caprichos humanos’.

Finalmente, el Papa imparte la bendición apostólica y manifiesta «el deseo de que los obispos suizos puedan seguir cultivando con diligencia y paciencia el campo de Dios, manteniendo la pasión por la verdad, y los alienta a proseguir juntos el camino, confiando el futuro de la evangelización de su país a la Virgen María y a la intercesión de San Nicolás de Flue, San Mauricio y sus compañeros».

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ZENIT Staff

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