(zenit – 1 junio 2020)-. Frente al caso George Floyd, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) condena la violencia, el racismo y la brutalidad de la policía y realiza un llamamiento a que se haga justicia.
George Floyd es el ciudadano afroamericano de 46 años que murió la semana pasada en Minneapolis, Estados Unidos, después de ser arrestado y bloqueado en el suelo por un policía que presionó su rodilla contra su cuello hasta su estrangulamiento y muerte.
Las vidas de los afroamericanos importan
“En nuestro testimonio cristiano en el mundo, rechazamos la brutalidad de la violencia y la injusticia racial. Por lo tanto, expresamos nuestra repulsión por el asesinato de George Floyd y pedimos que los responsables de su muerte asuman la responsabilidad”, describe el CMI en una declaración difundida el 29 de mayo.
Al mismo tiempo, el consejo expresa su pesar por “la fuerza excesiva utilizada por la policía estadounidense contra las personas de color”.
“¿Cuántos más deben morir antes de afirmar colectivamente que las vidas de los afroamericanos importan y antes de que se implementen reformas radicales en la cultura y las prácticas de la policía?”, cuestionan.
Rechazo al racismo
El mensaje prosigue: “Todo esto debe terminar se necesita una conversión, el arrepentimiento y el rechazo de todas las formas de racismo y discriminación racial, así como un reconocimiento verdadero y genuino de la igualdad de dignidad y valor otorgado por Dios a cada ser humano, independientemente del color de la piel o el origen étnico”.
Asimismo, el Consejo pide que se acabe con la implementación de “medidas superficiales”, pues existe la necesidad de “una acción penal cierta”, acompañada de “reformas fundamentales en la aplicación de la ley”.
Fortalecer protestas pacíficas
Por otro lado, ante las numerosas manifestaciones que en los últimos se están produciendo en distintas ciudades de Estados Unidos, causando víctimas y heridos, el Consejo Mundial de Iglesias recuerda que “la violencia nunca terminará con otra violencia”.
En este sentido, realizan un llamamiento a “todos aquellos que ahora expresan su enojo con protestas violentas” para poner fin a la “violencia misma” y “fortalecer las demandas pacíficas de responsabilidad y reforma, hasta que se haga justicia”.