La gente pide ayuda para entender la Biblia, revela una investigación internacional

Datos de «GfK Eurisko», por encargo de la Federación Bíblica Católica

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ROMA, 28, abril 2008 (ZENIT.org).- De la población adulta encuestada en los Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Alemania, España, Francia, Italia, Polonia y Rusia surge una petición: ayuda para entender el significado de la Biblia, sobre todo para la propia vida y la vida en común.

Así se desprende de la investigación sobre «La lectura de las Escrituras en algunos países» realizada por «GfK Eurisko», bajo el patrocinio de la Federación Bíblica Católica, que preside el obispo de Terni, monseñor Vincenzo Paglia, con vistas al sínodo de los obispos –del próximo octubre– sobre «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia».

Coordinador del grupo de investigación y profesor de Sociología en la Universidad de Roma Tre, el profesor Luca Diotallevi presentó este lunes sintéticamente los primeros resultados de la investigación –en cuanto a población adulta en general de los países estudiados– en la Sala de Prensa de la Santa Sede, ante el citado prelado, el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi, y la prensa internacional.

Lejos de constituir el texto de una minoría, la Biblia es una referencia importante presente –en medida y formas diversas– en la vida y en la cultura de amplias mayorías de la población, según explicó el profesor Diotallevi.

En conjunto el estudio revela la percepción, por parte del lector, de la Biblia como algo difícil. Tal conclusión es uno de los principales resultados del estudio, siguiendo al sociólogo, quien apunta la importancia de que en octubre los padres sinodales sepan que la gente no pide el convencimiento del valor de la Biblia, sino ayuda para entender su significado y sobre todo cómo aplicarlo en la vida de cada uno y comunitaria.

La investigación muestra que aquellos que defienden la aplicación de la Sagrada Escritura al pié de la letra –«fundamentalistas» o simplemente literalistas, describió el profesor Diotallevi– no se incluyen entre quienes muestran un mayor conocimiento bíblico.

Por otro lado, la práctica de la lectura de la Biblia depende, más que de compartir creencias religiosas, de la participación en eventos (ritos) y grupos (religiosos) que ya tengan tal hábito –siempre según la investigación de «GfK Eurisko»–.

La lectura de la Biblia no se resiente de la tendencia política de «derechas» o «izquierdas».

Sí en cambio de un efecto secularizador que subraya el estudio y que se concreta en una brecha que divide el mundo anglosajón de la Europa centro-occidental. En un extremo, en los Estados Unidos tres de cada cuatro personas han leído alguna vez la Biblia en los últimos doce meses; una de cada cinco en el otro extremo, en España.

El desnivel muestra los «efectos de la secularización» para la religión, apunta el profesor Diotavelli. Tales son mejores en los Estados Unidos y peores en general en Europa centro-occidental, «con la positiva excepción italiana».

Otra evidencia de la investigación es la postura favorable predominante, en las poblaciones analizadas, del estudio de la Biblia en las escuelas: los partidarios de esta opción superan el 50% en Rusia, Polonia, Italia, Reino Unido y Alemania.

Una investigación similar se ha iniciado en Argentina, Sudáfrica, Filipinas y Australia para completar la perspectiva ofrecida, anunció monseñor Paglia. «¿Y por qué no añadir entre esos países el Estado de la Ciudad del Vaticano?», bromeó monseñor Ravasi.

El presidente del dicasterio para la Cultura hizo hincapié, en la presentación de estos primeros resultados, en la consecuencia hermenéutica. Considera muy satisfactorio que entre los encuestados se considere fundamental el recurso a la interpretación de las Escrituras. El componente hermenéutico se siente como una exigencia básica, recalcó el prelado.

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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