NUEVA YORK, sábado, 19 abril 2008 (ZENIT.org).- El discurso que Benedicto XVI pronunció ante la asamblea general de las Naciones Unidos contiene una novedad, explica su portavoz, ha planteado el deber no sólo de los estados sino también de la comunidad internacional de proteger los derechos humanos allí donde son violados.
Lo ha constatado el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, al analizar la intervención del Papa de este viernes en el palacio de cristal ante 3.000 representantes de los Estados (Cf. Zenit, 18 de abril de 2008).
Según ha explicado el padre Lombardi, quien es también director de «Radio Vaticano», «el discurso ha sido fundamental. Estamos en el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal, y el Papa ha querido recordar el valor que, después de 60 años, quizá comienza a olvidarse un poco, pero que es absolutamente fundamental para la defensa de la dignidad de la persona humana en todo el mundo».
En este contexto, el portavoz considera que el Papa ha tocado un aspecto original: «la «responsabilidad de proteger», la responsabilidad de proteger la dignidad de la persona humana y de sus derechos».
«Responsabilidad no sólo por parte de los Estados sino también, cuando estos no son capaces, por parte de la comunidad internacional, respetando naturalmente los principios del orden internacional», aclara.
«La insistencia con la que habló de este deber de proteger los derechos del hombre ha sido muy fuerte», afirma, indicando la importancia que tiene este principio para el Papa.
«Creo que esto dará pie, con una adecuada reflexión, a una profundización, incluso quizá a novedades en los principios y en la manera de concebir el orden internacional, así como sobre la responsabilidad de la comunidad internacional», considera el padre Lombardi.
«Por tanto, estoy totalmente convencido de que es un discurso que hay que meditar y profundizar», concluye.
