Llamamiento de la Iglesia en El Salvador a aceptar el resultado de las elecciones

Ante episodios de violencia en la campaña para el voto del 15 de marzo

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SAN SALVADOR, martes, 3 marzo 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de San Salvador José Luis Escobar Alas, hizo este domingo un llamamiento a los partidos para que acepten los resultados de las elecciones presidenciales del 15 de marzo próximo y eviten la violencia en los últimos días de campaña.

El arzobispo declaró a los medios, en rueda de prensa, que estas elecciones «ponen a prueba el sistema democrático» del país, y pidió «total transparencia» al Tribunal Supremo Electoral (TSE). A los dos partidos en liza pidió que «acepten los resultados tal como son».

«El pueblo es soberano en su voluntad, él es el que decide y no hay derecho a impedir su voluntad aún cuando el margen fuera pequeño. No importa, porque en el juego democrático un solo voto cuenta y puede hacer la diferencia», aseveró el pastor de la capital salvadoreña.

Más de 4,2 millones de salvadoreños están convocados para elegir al próximo Presidente entre Rodrigo Ávila, candidato del partido gubernamental, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), y el periodista Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Sólo se mantienen en campaña estas dos formaciones políticas, ya que el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Partido de Conciliación Nacional (PCN) retiraron a sus candidatos y ofrecieron su respaldo a ARENA.

La elección, que se gana por mayoría simple, puede decidirse por la diferencia de un solo voto válido.

El candidato oficial Funes encabeza las encuestas desde el año pasado, pero en las últimas semanas algunos sondeos, principalmente elaborados por medios de comunicación, dan una menor diferencia e, incluso, Ávila figuraría como favorito.

Monseñor Escobar Alas insistió en que se «acepten los resultados inmediatos», ya que es «verdaderamente ejemplar cuando vemos en otros países que el candidato perdedor se adelanta a felicitar al que ha ganado». «Ojalá nosotros lleguemos a esa actitud también pronto (…) y que todos como pueblo estemos dispuestos a aceptar la voluntad de la mayoría», dijo el arzobispo.

El prelado salvadoreño, que este sábado cumplió dos semanas al frente de la diócesis, hizo un llamamiento a los simpatizantes de ARENA y del FMLN para que eviten actos de violencia.

Sus palabras fueron muy claras: «Nuestro país ya ha sufrido demasiada violencia en el pasado, y no es posible que vuelva atrás en el proceso de paz y reconciliación que se esfuerza por consolidar. Pido no caer en la tentación de la violencia en este momento de decisión nacional».

«Es necesario deponer las actitudes violentas para llevar una contienda electoral pacífica, civilizada; yo quiero pensar que los dirigentes de los diferentes partidos no quieren la violencia y que posiblemente algunos simpatizantes vayan a favor de la violencia. No hay espacio para la violencia».

«Que tengamos un evento electoral verdaderamente pacífico, esa es la voluntad de Dios, la violencia no viene de Dios», concluyó el prelado.

Por otra parte, sobre el juicio a los responsables de la matanza de seis jesuitas y dos colaboradoras, el arzobispo dijo que prefiere que se realice en El Salvador.

Al ser consultado por los medios sobre el proceso iniciado por la Audiencia Nacional de España, el arzobispo afirmó que «sería preferible que se juzgara a esas personas aquí, en el país».

Explicó que su postura coincide con la del padre José María Tojeira, rector de la Universidad Centroamericana (UCA), regida por los padres jesuitas y en cuyo campus tuvo lugar la masacre.

El 16 de noviembre de 1989, comandos del ejército irrumpieron en la UCA y dieron muerte a su rector, el español Ignacio Ellacuría; a los también sacerdotes españoles Ignacio Martín Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno, y Segundo Montes, al salvadoreño Joaquín López y López, a Elba Ramos, una empleada doméstica, y a su hija Celina, de 16 años.

En 1991, fueron condenados por el crimen el coronel Guillermo Benavides y el teniente Yussy Mendoza, entre una decena de militares acusados, pero quedaron en libertad en 1993, por la aprobación de una Ley de Amnistía.

En enero pasado, el caso fue reabierto en el tribunal español a petición de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) y el Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA).

El casoincluye a 14 militares salvadoreños y, aunque en un principio se pidió incluir al ex presidente Alfredo Cristiani (1989-1994) por el supuesto encubrimiento del crimen, durante la apertura del juicio, la Audiencia decidió no hacerlo, aunque «sin perjuicio del resultado de las diligencias que se practiquen» durante el proceso.

El arzobispo afirmó: «Nosotros pensamos, como Iglesia, que es importante llegar a un punto de reconciliación, una reconciliación verdadera y que dé paso a una vida verdaderamente en paz en la nación».

A tal fin, informó, la conferencia episcopal, los representantes de la Compañía de Jesús y el Gobierno salvadoreño mantienen abierta una mesa de diálogo.

«Venimos dialogando ya más de un año en este esfuerzo por llegar a un acuerdo beneficioso para todos donde se haga justicia, pero que también haya la reconciliación y el perdón», dijo.

Sin embargo, reconoció que en los últimos meses las conversaciones han sido suspendidas debido al ambiente de elecciones que vive el país, por lo que expresó tener «mucha esperanza que después de las elecciones este proceso va a avanzar».

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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