CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 29 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Hay dos cosas que Benedicto XVI no podrá olvidar de su primera visita a África: su alegría y su sentido de lo sagrado.
Lo reconoció este domingo en su alocución con motivo de la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio, en la que hizo un breve repaso de su peregrinación apostólica a Camerún y Angola, que tuvo lugar del 17-23 de marzo de 2009.
«Sobre todo me impresionaron dos aspectos, ambos muy importantes -confesó al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro–. El primero es la alegría visible en los rostros de la gente, la alegría de sentirse parte de la única familia de Dios, y doy las gracias al Señor por haber podido compartir con las multitudes de estos hermanos y hermanas nuestros momentos de sencilla fiesta, compartida en el conjunto y llena de fe».
El segundo aspecto que impresionó al Papa fue «el intenso sentido de lo sagrado que se respiraba en las celebraciones litúrgicas, característica ésta común a todos los pueblos africanos. Podría decir que emergió en cada momento de mi estancia entre esas queridas poblaciones».
«La visita me ha permitido ver y comprender mejor la realidad de la Iglesia en África en la variedad de sus experiencias y de los desafíos que tiene que afrontar en estos momentos».
El Papa anunció, sin embargo, que en la próxima audiencia general del miércoles analizará con más detalle los resultados de su viaje.
El pontífice concluyó pidiendo oraciones para que en «el mundo entero se difunda el mensaje de esperanza y de amor de Cristo».
