(zenit – 1 abril 2020).- El Papa Francisco sostiene que para lograr la pureza de corazón es preciso experimentar un proceso de “purificación interior”, pues “cuando descubrimos nuestra sed de bien y la misericordia de Dios que nos sostiene, comienza un camino de liberación que dura toda la vida y nos prepara al encuentro definitivo con el Señor”.
Hoy, 1 de abril de 2020, en la audiencia general celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico y transmitida en streaming como medida adoptada por el Vaticano ante la pandemia de la COVID-19, el Santo Padre retomó la serie de catequesis sobre las bienaventuranzas.
En concreto, reflexionó sobre la sexta beatitud: “Dichosos los que tienen el corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8).
Camino de maduración
El proceso para lograr un corazón puro “implica reconocer la influencia del mal que hay en nosotros, y dejarse conducir con docilidad por el Espíritu Santo; un camino de maduración que supone renuncia, sinceridad y valentía”, describe Francisco.
Y añade que “se trata de un trabajo serio y, sobre todo, de una obra que Dios hace en nosotros a través de las pruebas y las purificaciones de la vida, y que nos lleva, si lo aceptamos, a experimentar una gran alegría y una paz verdadera”.