(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Veintitrés reclutas de la Guardia Suiza juraron fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre en la ceremonia celebrada este viernes 6 de mayo por la tarde en el patio San Dámaso del Palacio Apostólico.
“Juro servir fielmente, lealmente y honorablemente al Pontífice reinante, Francisco y a sus legítimos sucesores, dedicarme con todas las fuerzas, sacrificando, si es necesario, también mi vida en su defensa…” proclamaron todos ellos en voz alta, aferrando con la mano izquierda la bandera del cuerpo militar y levantando la mano derecha con tres dedos abiertos en símbolo de la Santísima Trinidad.
El comandante del Cuerpo, Christoph Graf, llevando armadura –compuesta de capacete coraza, protecciones y espada– señaló que este ejército está preparado para las exigencias del momento presente, con adiestramiento adecuado y armas en caso de que sea necesario intervenir, teniendo presente el terrorismo, pero que el arma más poderosa es el santo rosario y que todos los guardias lo han recibido en dotación.
“Nuestras acciones están en las manos de Dios, pero esto no significa que debamos renunciar a las armas y al adiestramiento”, dijo. Por ello necesitamos “fe sólida, confianza en Dios y oración”. El comandante recordó que el papa Francisco dijo en Santa Marta: “la fe es victoria” y que el año pasado el Santo Padre “invitó a los jóvenes a dedicarse a la oración también durante el servicio”.
Estaba en representación del Santo Padre, monseñor Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado así como varios cardenales, obispos, miembros de la Curia, representantes de las delegaciones diplomáticas de diversos países acreditados ante la Santa Sede y unas tres mil personas, incluidos los familiares de los juramentados.
La ceremonia se realiza cada 6 de mayo, día en el que se conmemora la muerte de 147 soldados que cayeron en 1527 defendiendo al Papa durante el Saqueo de Roma. La Guardia Suiza Pontificia defiende a los Papas desde hace más de 500 años, cuando Julio II trajo en 1506 a los primeros suizos y la fecha oficial de la fundación de la milicia es el 22 de enero de 1506.
Entre las condiciones para entrar a formar parte del Cuerpo, es necesario ser católico practicante, ciudadano suizo, tener buena salud, reputación impecable, haber recibido la formación del ejército suizo, tener formación profesional, ser hombre y soltero. Para que un Guardia Suizo se pueda casar debe tener al menos 25 años, haber servido durante al menos 3 años en el Vaticano, comprometerse a servir por lo menos otros tres años y haber alcanzado al menos el rango de cabo y ser menor de 30 años.
Fórmula del juramento:
“Juro servir fielmente, lealmente y honorablemente, al Pontífice reinante, Francisco y a sus legítimos sucesores, dedicarme con todas las fuerzas, sacrificando, si es necesario, también mi vida en su defensa. Asumo los mismos deberes respecto al Colegio Cardenalico durante la vacante de la sede apostólica. Prometo también al comandante y a los otros superiores respeto, fidelidad y obediencia. Así juro. Que Dios y nuestros santos patrones me asistan”.
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Los nuevos Guardias Suizos exclamaron: 'Juro servir al Pontífice reinante'
El comandante Christoph Graf señaló que la Guardia Suiza tiene adiestramiento y armas, pero la más poderosa posesión es el santo rosario