Madagascar: Oración del Santo Padre por los trabajadores

En la cantera de Mahatazana

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 (ZENIT – 8 sept. 2019).- En la tarde de hoy, domingo 8 de septiembre de 2019, el Papa Francisco se trasladó a la cantera de Mahatazana, Antananarivo, Madagascar, para compartir un momento de oración con los trabajadores.

Tras visita a Akamasoa, la Ciudad de la Amistad, el Santo Padre llegó a este espacio de trabajo en torno a las 16.00, hora local (15 h. en Roma).

Allí, en una nave cercana al monumento del Sagrado Corazón de Jesús y acompañado por el padre misionero Pedro Opeka, fundador de la Ciudad de la Amistad, el Papa fue recibido con cantos y vítores.

Más de 700 personas, hombres y mujeres, trabajan cada día en esta cantera, un terreno abierto sobre una colina en el que se extraen piedras y materiales de construcción. Un trabajo que exige un gran esfuerzo físico y mental en uno de los países más pobres del mundo.

Testimonio de una obrera

Después de unas palabras de bienvenida y el canto de una joven, una trabajadora ofreció su testimonio en nombre de todos los obreros, de todas las personas que trabajan en las canteras de Madagascar.

Así, contó al Obispo de Roma que llevan más de 30 años rompiendo granito para mantener a sus familias, que sus salarios son bajos, pero que están contentos de tener un trabajo, esperando que algún día haya más justicia para los pobres.

Igualmente, expuso que esta visita del Santo Padre supone un gran estímulo para todos ellos y le agradeció su labor de defensa de los derechos de los trabajadores en todo el mundo. También le comunicó que le entregarían un recuerdo de la catedral de la ciudad fabricado con sus propias manos.

Oración por los Trabajadores

Francisco recitó la Oración por los Trabajadores en la que exhortó a Dios que les conceda “la fortaleza del alma y la salud del cuerpo para que no sean esclavos del peso de su oficio” y que “el fruto del trabajo les permita asegurar dignamente la subsistencia de sus familias”.

Finalmente, tras la bendición apostólica y el canto final, antes de partir hacia el Collège de Saint Michel en papamóvil para el Encuentro con sacerdotes, religiosos y religiosas, consagrados y seminaristas, Francisco saludó al presidente de la República y a su esposa, a tres líderes musulmanes, a tres obreros y a un grupo de benefactores.

A continuación, sigue el texto completo de la Oración por los Trabajadores recitada por el Papa Francisco.

***

Oración del Santo Padre

Dios, Padre Nuestro, creador del cielo y de la tierra,
te damos gracias por habernos reunido como hermanos en este lugar,
ante esta roca rota por el trabajo del hombre,
te pedimos por todos los trabajadores.

Por aquellos que trabajan con sus manos,
y con un enorme esfuerzo físico.
Cuida sus cuerpos del desgaste excesivo,
que no les falte la ternura y la capacidad para acariciar
a sus hijos y jugar con ellos.
Concédeles constantemente la fortaleza del alma y la salud del cuerpo
para que no sean esclavos del peso de su oficio.

Haz que el fruto del trabajo
les permita asegurar dignamente la subsistencia de sus familias.
Que encuentren en ellas, cada noche, calor, descanso y aliento,
y que juntos, reunidos bajo tu mirada,
conozcan la auténtica alegría.

Que nuestras familias sepan que la alegría de ganarse el pan
es plena cuando ese pan se comparte;
que nuestros niños no sean forzados a trabajar,
puedan ir a la escuela y perseverar en sus estudios,
y sus maestros ofrezcan tiempo a esta tarea,
sin necesitar de otras actividades para el sustento cotidiano.

Dios de justicia, toca el corazón de los empresarios y los dirigentes:
Que hagan todo lo posible
por asegurar a los trabajadores un salario digno,
y unas condiciones que respeten la dignidad de la persona humana.

Hazte cargo con tu paternal misericordia
de los que no tienen trabajo,
y haz que el desempleo —causa de tantas miserias—
desaparezca de nuestra sociedad.

Que cada uno conozca la alegría y la dignidad
de ganarse el propio pan para llevarlo a su casa y
mantener a su familia.

Padre, crea entre los trabajadores un espíritu de auténtica solidaridad.
Que sepan estar atentos unos a otros,
que se animen mutuamente, que apoyen a los que están agobiados, levanten a los que han caído.

Que, ante la injusticia, sus corazones no cedan a la ira, al rencor,
a la amargura, sino que mantengan viva la esperanza
de ver un mundo mejor y trabajar para alcanzarlo.

Que sepan, juntos, de manera constructiva,
hacer valer sus derechos, y que sus voces sean escuchadas.

Dios, Padre Nuestro, tú has dado como protector de
los trabajadores del mundo entero a san José,
padre adoptivo de Jesús,
esposo valiente de la Virgen María.

A Él le confío a todos los que trabajan aquí, en Akamasoa,
así como a todos los trabajadores de Madagascar,
especialmente los que tienen una vida precaria y difícil.
Que él los guarde en el amor de tu Hijo
y los sostengan en sus vidas y en sus esperanzas.

Amén.

© Librería Editorial Vaticana

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Larissa I. López

Larissa I. López es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla, Máster en Artes de la Comunicación Corporativa y Doctora en Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre el ámbito de la comunicación y el de la docencia. Como redactora, ha colaborado con medios como Aceprensa, Pantalla 90 o CinemaNet. Como profesora, por su parte, ha impartido clases en la universidad y en centros de FP y bachillerato. En estos últimos realizaba también tareas relacionadas con la comunicación (redes sociales y edición de contenidos). Cordobesa de nacimiento también ha vivido en Sevilla, Madrid y Roma.

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